Prólogo
El hogar es el santuario doméstico; su ara es el fogón; su sacerdotisa y guardián natural, la mujer.
Ella, sólo ella, sabe inventar esas cosas exquisitas, que hacen de la mesa un encanto, y que dictaron a Brantôme el consejo dado a la princesa, que le preguntaba cómo haría para sujetar a su esposo al lado suyo:
-Asidlo por la boca.
Yo, ¡ay! nunca pensé en tamaña verdad.
Avida de otras regiones, arrojéme a los libros, y viví en Homero, en Plutarco, en Virgilio, y en toda esa pléyade de la antigüedad, y después en Corneille, Racine; y más tarde, aún, en Châteaubriand, Hugo, Lamartine; sin pensar que esos ínclitos genios fueron tales, porque -excepción hecha del primero- tuvieron todos, a su lado, mujeres hacendosas y abnegadas que los mimaron, y fortificaron su mente con suculentos bocados, fruto de la ciencia más conveniente a la mujer.
Mis amigas, a quienes, arrepentida, me confesaba, no admitieron mi mea culpa , sino a condición de hacerlo público en un libro.
Y, tan buenas y misericordiosas, como bellas, hanme dado para ello preciosos materiales, enriqueciéndolos más, todavía, con la gracia encantadora de su palabra.
Juana Manuela Gorriti
Puré
Puré de alverjitas verdes – Puré de habas – Puré de lentejas.
PURE DE ALVERJITAS VERDES |
Se toma la cantidad necesaria de alverjitas verdes; se echan en agua hirviendo y se cuecen junto con cebolletas, perejil y sal; se pasan después por el colador para extraerles la sustancia, sazonándola con mantequilla y caldo. Se calienta y sirve.
Azucena F. de Saravia (Buenos Aires) |
PURE DE HABAS |
Se toman habas gordas; se las quita la cáscara y se ponen a cocer en una cazuela con agua y sal. Después de haber hervido un cuarto de hora, se escurren, y echan en agua fría, para hacerlas reverdecer, y se escurren otra vez. Se pone en una cacerola un trozo de mantequilla con pimienta, sal, y una cucharada de harina. Allí se echan las habas con un manojo de perejil y cebolletas, y se las empapa con caldo. Después de haber hervido media hora, se las pasa por tamiz para extraerles la sustancia. Se añade un trocito de mantequilla y se sirve.
Marc. A. de Fuentes (Buenos Aires) |
PURE DE LENTEJAS |
Cuézase una libra de lentejas en buen caldo, sea de puchero o hecho expresamente de dos carnes, con un trozo de tocino fresco, dos zanahorias, y dos cabezas de cebolla picada, previamente fritas en manteca y dos clavos de especia. Cuando todo esté bien cocido, se deshace con una cuchara de madera; se cuela por tamiz; si ha espesado mucho, se le adelgaza con un poco de caldo; se le hace cocer un momento más, y se sirve sobre rebanadas de pan fritas en mantequilla, con relieves de aceitunas y huevos duros partidos en rodajas.
Cristina G. de Escalera (Rosario) |