Archivo | junio, 2019
Propiedades del Kalanchoe
30 JunSegún algunos científicos se ha demostrado que el Kalanchoe que es una planta ornamental , que se creía que es tóxica , ayuda a matar las células cancerígenas de nuestro cuerpo.
LAS KALANCHOE MEDICINALES
Las tres plantas que trataremos aquí se encuentran dentro de este grupo y son las siguientes:
– Kalanchoe pinnata (Bryophyllum pinnatum)
También denominada “Planta de Goethe” ya que fue estudiada por el botánico alemán. Otros nombres que recibe en América Latina: Bruja, Yerba de Bruja, Prodigiosa, Hoja del Aire, Siempre Viva, Colombiana, Ojaransín, Hojerilla.
– Kalanchoe daigremontiana (Bryophyllum daigremontianum)
Presenta numerosos hijuelos o plantas nuevas en los bordes de las hojas. Las hojas tienen unas manchas alargadas en la cara inferior. Recibe los nombres de: Aranto, Madre de miles, Kalanchoe mexicana. Este es la planta más adecuada para el consumo humano.
– Kalanchoe gastonis-bonnieri (Bryophyllum gastonis-bonnieri)
El nombre científico se puso en honor al botánico francés Gaston Bonnier. Esta planta tiene las hojas más grandes que las especies anteriores. Recibe los nombres de:Ojaransín, Hojerilla, Oreja de burro.
Hay que remarcar que los nombres populares a veces se aplican a una o más especies y que varían según los países.
Uso medicinal
Estas kalanchoes son plantas que actúan de forma global dentro del cuerpo y por lo tanto su espectro de acción es amplio. En medicinal tradicional, especialmente en América Latina, Asia y África se usan para tratar las siguientes enfermedades y dolencias:
– Lesiones y enfermedades relacionadas con daños celulares, en especial el cáncer.
– Heridas profundas y gangrenadas
– Infecciones, quemaduras
– Tumores y abscesos
– Reumatismo
– Inflamaciones
– Hipertensión
– Cólicos renales
– Diarreas
– Enfermedades psicológicas: esquizofrenia, crisis de pánico y miedos.
Su acción puede abarcar más allá de los puntos citados ya que se produce sanación de daños celulares en diversos órganos del cuerpo.
La parte utilizada son principalmente las hojas, que tienen un gusto acidulado. Se pueden tomar de forma externa o interna según lo que queramos tratar:
– Externamente: hojas machacadas en forma de cataplasma, compresa o emplaste; zumo de las hojas con aceite o vaselina para usar como ungüento.
Usada así, la planta es antiinflamatoria, antihemorrágica, astringente y cicatrizante.
– Internamente: hojas crudas en ensalada; zumo fresco rebajado con agua ; hojas en infusión.
Dosis para uso interno:
30 gramos diarios de hoja fresca en dos tomas . En infusión podemos tomar una antes de cada comida, con una dosis de una cucharadita de postres por infusión, tres infusiones al día.
Contraindicaciones:
No tomarlas durante el embarazo ya que pueden estimular el útero. No conviene usar la planta de forma continuada por largos periodos de tiempo si no es para tratamiento. Su composición incluye compuestos como los bufadienólidos que son glucósidos cardíacos, por lo que en pacientes afectados por cardiopatías hay que consultar con el médico. La investigación clínica efectuada sobre las kalanchoe indica que puede haber toxicidad si se abusa de la planta y señala que hasta dosis de 5 gramos de planta por kilo de peso no hay toxicidad .
Esto lo pongo en conocimiento de la gente … no puedo decir que sea cierto o no… pero se está demostrando que se puede llegar a mejorar . Es una cosa natural creo que no puede llegar hacer daño , si lo tomas con precaución y siempre bajo la supervisión de un médico. Aveces nos creemos médicos pero no lo somos . El sabor del kalanchoe es amargo como si fuera una vinagreta , lo he probado en ensaladas y no está del todo malo.
La Kalanchoe Daigremontiana es la variedad en que nosotros nos vamos a concentrar y explicar ya que es la especie que tenemos y mejor conocemos, también conocida como Aranto, Madre de miles o Espinazo del diablo es originaria de Madagascar, donde perdura de forma salvaje en estos tiempos.
El nombre científico es Bryophyllum Daigremontiana, Bryophyllum es una palabra griega que significa Bryo-Brote y Phyllum-Hoja, Brote-Hoja que hace referencia a la vida asexual de la Kalanchoe, en el borde de las hojas le crecen unas florecitas que resultan ser nuevos esquejes de la planta que va liberando, transformándose en nuevas plantas, como se puede apreciar en la imagen las flores con las raíces colgando, hay que tener donde se planta ya que es muy invasora.
La Kalanchoe es muy curiosa ya que florece esporádicamente no sigue un patrón predeterminado como la gran mayoría de plantas que tienen su momento de floración, hay veces que no llega ha florecer nunca, aguanta la sequía deteniendo el crecimiento.
Le gusta el sol aunque se adapta bien en la sombra tanto en exterior como en interior pero si que necesita mucha luz y agua con regularidad pero sin pasarse, un vaso cada 2 o 3 dias, la clave para un buen cuidado de la Kalanchoe es tener un suelo ligero y bien drenado, mezclar una buena tierra que no sea arcillosa con pequeñas piedras de río y para conseguir que drene bien la planta poner en el fondo del tiesto piedras hasta tapar el fondo.
Son especies tropicales muy resistentes no se le conocen plagas ni enfermedades aunque si que le afecta el frío y las heladas por eso tenemos que protegerla en invierno, la temperatura no debe de bajar los 5 grados, también cuando se hace adulta conviene protegerla del viento ya que su tronco es frágil y podría partirse.
herbolari73 , wikipedia , barcelonalternativa, misrecetasanticáncer.
Caldito de Chochoca
30 JunIngredientes: Chalona o carne (de oveja o res). Cebolla. Ajo, Habitas. Alverjas. Locoto. Orégano. Sal. Ají colorado. Chochoca. Papas.
Preparación: Se coloca sobre una fuente pedazos pequeños de chalona, un pedazo por persona, o carne de res o de oveja en igual forma. Encima se coloca la cebolla picada muy fino, e igualmente un locoto no muy picante, las habitas y las alverjas peladas, más una cucharilla colmada de orégano y sal a gusto. Todo se echa a la olla donde está el agua hirviendo. Se hace cocer dos o tres horas. Cuando disminuye el agua se le aumenta porque es vianda de sopa. Cuando el caldo está suculento se le agrega la chochoca de acuerdo a la porción que se acostumbra. Después de un rato las papas peladas y cortadas en cuatro o seis partes. Cuando están cocidas las papas está listo el caldito de chochoca.
Manera de servir: Se sirve en platos hondos, agregando a cada plato una chucharada de ají colorado frito en manteca.
Nota: Sopa muy nutritiva; popular en el valle de Mocomoco del Departamento de La Paz, donde se ha recogido la receta
LA COMIDA POPULAR BOLIVIANA
Paredes Candia, Antonio
Edición privada. 2ª Edición
La Paz. Bolivia. 1990
Torta de Agipas
30 JunEsta receta pertenece al trabajo de recuperación e investigacion de la antropóloga boliviana Beatriz Rossells Montalvo: La gastronomía en Potosí y Charcas, siglo XVIII, XIX y XX en torno a la historia de la cocina boliviana.
Las agipas se han de rallar en agua y después exprimirlas muy bien en un lienzo. Batir huevos frescos con claras y yemas. A cada diez huevos le pondrán una libra de azúcar molida y ya que esté bien batido y espeso le pondrán azafrán, clavo, canela, pimienta, semilla de culantro tostado, nuez moscada, todo molido, dos puñados de biscocho de pan, o migajón de pan rallado. Pondrán en un perol un poquito de manteca y allí pondrán todo lo otro. Luego colocar a la lumbre hasta que se vaya cuajando; ponerle la agipa exprimida y revuelto todo dejar que cuaje y cuando este hecho mazamorra sacarla fuera del fuego y ponerle olores de ámbar, almiscle desleído en agua de azahar, poner en las fuentes untadas con manteca, clavarle por toda ella almendras rajadas, espolvorear con azúcar y canela y hornear para que se tuesten y doren.
En este libro encontraran el trabajo más vasto que se ha hecho acerca de la comida Boliviana.
La gastronomía en Potosí y Charcas, siglo XVIII, XIX y XX en torno a la historia de la cocina boliviana.
Beatriz Rossells Montalvo:
LA PAZ-BOLIVIA:
Almuercito de Maní
30 JunIngredientes: Un nudo de la espalda del cordero por persona. Cuerito de chancho. Una libra de maní. Repollo. Zanahoria. Nabo. Cebolla. Tomate. Hierbabuena. Habitas tiernas. Papas. Ajo. Orégano. Locoto no picante.
Preparación: En una fuente honda se colocan las presas de carne y el cuero de chancho cortado en tiritas. También puede ir entero y cortarlo en tiritas cuando lo ha ablandado el cocimiento. Se pelan la zanahoria, el nabo, y se cortan en medias lunas delgadas. Se pone encima de lacarne; igualmente la cebolla picada, el tomate y el locoto en cuadraditos pequeños y un diente de ajo picado muy fino. Se le agrega una cucharilla al ras de orégano deshecho y sin palitos; más un gajo de hierbabuena. Todo se echa a la olla en que hierve el agua para el almuerzo. Se pone sal al gusto. Se deja cocer una hora. Aparte se tuesta el maní. Se sopla su cascarilla. Se muele y echa a la olla junto con algunas hojas de repollo y un platillo de habitas tiernas, verdes y peladas de sus dos cascaras. Se deja cocer hasta que la carne esté blanda, que pueda fácilmente desprenderse del hueso al comer.
Si se seca el agua hay que aumentarle porque es sopa. Calculando que falta poco para que la carne esté cocida, se larga a la olla las papas peladas y partidas a cuatro. Cuando la papa está cocida está lista la sopa. Se retira del fuego y se espolvorea con un poquito de orégano entero.
Manera de servir: En plato hondo, con una presa y el recado bien distribuido.
Nota: Es sopa deliciosa. Durante el cocimiento hay que menearla de rato en rato para que no se prenda el maní en la base y se queme y adquiera la sopa sabor desagradable.
LA COMIDA POPULAR BOLIVIANA
Paredes Candia, Antonio
Edición privada. 2ª Edición
La Paz. Bolivia. 1990
La rica Tacaca
30 JunBRASILEÍA | Exótica gastronomía del Acre
“Esta es la combinación más mágica que ha producido la gastronomía brasileña”, explica Gilmar. Ciertamente, la Tacacá es magia blanca o magia negra, dependiendo del devoto. El caldo de Tucupí es una densa goma líquida, y las hojas del Jambú le ponen el efecto anestésico que es a la vez adictivo…
© Redacción Sol de Pando
A orillas del río Acre, sobre la avenida Rolando Moreira de Brasiléia, hay una hermosa plazuela, el parque Centenario, desde donde podemos ver los barrios de Cobija en la otra orilla. Aquí nos encontramos con Gilmar, un sibarita paraense que, colaborado por su joven hija, atiende un puesto donde se saborea la auténtica Tacacá, una singular sopa que sólo es posible hallar en los pueblos de la Amazonia….
La experiencia de tomar Tacacá es el súmmun del exotismo gastronómico. Produce efectos anastésicos inmediatos en la punta de la lengua; y para quienes tenemos el paladar acostumbrado a los picantes y los agridulces, sentir las papilas gustativas levemente adormecidas mientras los aromas de la prodigiosa sopa (mezclada con camarones) estimulan los sentidos, es sensacional.
La Tatacá, nos explica Gilmar, es una combinación del caldo gomoso de Tucupí, sustancia amarillenta extraída de la mandioca brava (yuca), con hojas de Jambú, a lo que se agrega una guarnición de camarones, además de los comunes condimentos —sal, ajo, pimenta—, junto a otras especies afines propias del lugar como el murupi y el titíos. “Esta es la combinación más mágica que ha producido la gastronomía brasileña”, explica Gilmar.
Ciertamente, la Tacacá es magia blanca o magia negra, dependiendo del devoto. El caldo de Tucupí es una densa goma líquida, y las hojas del Jambú le ponen el efecto anestésico que es a la vez adictivo.
La Tacacá es una sopa muy popular en la cocina brasileña, fue inventada por los indígenas amazónicos que ocupan los territorios del Amapá, el Pará, Rondonia y el Acre.
En Belén de Pará, donde el pueblo les da el rango de sacerdotisas, son tradicionales las vendedoras de este manjar culinario, conocidas como “tacacazeiras”, que adornan el paisaje urbano con sus puestos callejeros en cada esquina y plazuela, como en Brasiléia.
Se toma (no se dice comer, ni beber) llevando los labios hasta el recipiente que tradicionalmente es un cuenco de calabaza partida; y sorbiendo en pequeñas cantidades. Es muy tradicional no emplear ningún instrumento adicional para tomarla. Para retirar los camarones o los ramos de Jambú se emplean los dedos, aunque hoy en día se pone un palito para ello. Claro, nosotros, venidos de Bolivia, lo tomamos con cuchara.
Dado que esta sopa gomosa es servida muy caliente, en plena ebullución, el recipiente es cubierto con una pequeña cesta en su base para proteger los dedos. Es habitual consumir la Tacacá al final de la tarde, en la via pública, en las tradicionales tacacazeiras. Como todo “platito de la tarde”, no es un plato principal.
© Redacción Sol de Pando
Salsa Teriyaki
30 JunUna salsa clásica de la cocina japonesa, básicamente, es un glaseado de salsa de soja, sake o mirin y azúcar o miel. La palabra Teriyaki deriva de las palabras Teri refiriéndose al brillo que otorga el azúcar y Yaki que se refiere a plancha o parrilla que es donde mayormente se hacen los platos con esta salsa. Tradicionalmente esta salsa se usa para sumergir alimentos o «bañar» y asar otros, es de las más reconocidas y consumidas, no es para menos, ya que sirve bien para usarla como Dip, para pescados, va bien con el salmón, atún, o pez mantequilla, mariscos, arroces, vegetales varios, carnes rojas o cerdo, aves, en fin, como ves, es una salsa multiusos. Aunque no es habitual en Japón hacerla con ajo y sésamo, a mi, me parece que le va muy bien, en cierta ocasiones también se le añade piña o almíbar de piña, porque no solo le aporta dulzor, sino que también le aporta bromelaína
INGREDIENTES
* 1tz salsa de soja
* ½ cs ajos triturados o picados muy fino
* ½ cs de jengibre fresco triturado o picado muy fino
* 4 cs mirin (o vinagre de manzana)
* 5 cs azúcar de caña
* 2 cs azúcar blanco
* 1 cs miel
* 2 cs aceite de sésamo
* ½ tz de agua fría
* 1 cs fécula de maíz (Maizena)
PREPARACIÓN
1. Diluímos la fécula de maíz en el agua fría y reservamos.
2. Calentamos en una cazuela el aceite de sésamo y sofreímos los ajos y jengibre triturado.
3. Inmediatamente echamos el resto de ingredientes menos la fécula de maíz y llevamos a hervor durante 2 minutos.
4. Añadimos la fécula diluida en el agua y hervimos otros 2 minutos.
5. Dejamos reposar y enfriar, una vez frío, guardamos en la nevera, la salsa dura hasta un mes aproximadamente.
NOTAS
Esta salsa puedes guardarla en bolsas con cierre hermético e incluso congelarla para usarla cuando quieras. Si no encuentras mirin, puedes usar sake o vinagre de manzana. Si haces la salsa con jengibre y ajos picados, lo mekor es que cueles la salsa, yo acostumbro triturar 50% de ajos y 50% de jengibre y un poco de aceite vegetal y tener la asta ya preparada para ahorrar tiempo al cocina, lo mismo solo con ajos, metidos en envases herméticos y dura un par de meses, una maravilla. Está claro que esta salsa puedes comprarla, pero no hay comparación, además, siempre es más divertido hacerlo tu mismo, no?
15 recetas de comida para congelar
30 Jun
Descongelar, calentar y servir, es el sueño de todo amante de la comida casera.
No todas las recetas de cocina se pueden congelar, pero guardar comida en elcongelador nos permite comer bien dedicando un tiempo razonable a cocinar. Congelar la comida, por tanto, es uno de los recursos fundamentales que nos permiten administrar nuestro escaso tiempo libre a quienes apreciamos la comida casera, pero tenemos un máximo de 20 ó 30 minutos al día para preparar la comida.
Si no quieres pasarte las semanas comiendo precocinados industriales, y al mismo tiempo eres de los que no te resignas a comer cualquier cosa, tienes la opción de sacar el máximo partido a lo que cocinas haciendo siempre raciones de más, y congelando la comida sobrante. Pero para eso, tienes que saber qué recetas se pueden congelar, y cómo se pueden congelar:
Básicos para congelar.
Hace poco escuché a Ferran Adrià decir que en la cocina profesional y doméstica, aprovechar el tiempo que dedicamos a cocinar congelando todo lo que sobra cuando hacemos un sofrito, una salsa, un guiso, etc.; es fundamental para dominar la cocina. Por eso, hay una serie de básicos que puedes hacer en una hora, y que si los guardas congelados para utilizarlos cuando sea necesario, te pueden hacer ahorrar muchísimo tiempo cuando cocinas. Los básicos para congelar más prácticos que se me ocurren, son:
1. Cubitos de sofrito de cebolla y pimientos. Sólo por evitar el olor a cebolla y ajo en la ropa cada vez que cocinamos, merece la pena guardar cubitos de sofrito como éstos.
2. Salsa de tomate. La salsa de tomate triturado y los sofritos de tomate, son básicos que no pueden faltar en el congelador de un buen cocinilla. Hay mil formas de hacerlos, y mil aderezos con los que darles personalidad.
3. Bechamel casera. Mejor que comprar la bechamel precocinada con conservadores, es hacer de más cuando toca hacerla, dejarla bien fina y congelarla.
4. Fumet. El fumet es como un caldo de pescado y/o marisco, que también solemos usar en decenas de recetas.
5. Masa de las típicas galletas con mantequilla. Por supuesto, la masa se congela antes de hornear las galletas.
Cremas y caldos para congelar.
Casi todas las cremas y sopas, siempre que no lleven patatas, se prestan perfectamente a ser congelados, y lo bueno es que las podremos utilizar tanto para primeros platos, como para hacer salsas de otras recetas.
6. Caldo de pollo. Tener caldo de pollo en invierno, significa tener un primer plato asegurado: una sopa de pasta, una sopa de arroz, etc. Es un seguro de vida.
7. Crema de champiñones. Esta crema está tan rica, que poder guardar varias raciones para el futuro es toda una bendición.
8. Sopa fría de tomate y sandía. En verano los primeros platos se pueden improvisar con más facilidad a base de ensaladas de mil tipos, pero también hay cremas o sopas de verano, como ésta, que se pueden congelar, y nos pueden sacar de un apuro.
9. Salmorejo. Esta receta tiene un doble valor si la guardamos congelada, al servirnos tanto como crema, como de salsa para enriquecer algunos guisos.
10. Crema de espárragos trigueros. Al no llevar patata, esta exquisita crema de temporada se puede congelar.
Segundos platos, cenas y entrantes para congelar.
Éstas son, sin duda, las más valiosas. Se trata de recetas que, congeladas, pueden convertir tu congelador en un verdadero tesoro pirata.
11. Pollo con bechamel o pollo a la villaroy. Tenía mis dudas, pero una vez me vi obligado a congelar algunos filetes de pollo con bechamel una vez empanados, pero antes de freírlos, y cuando los hice al cabo de unos días, quedaron estupendos.
12. Lasaña de pollo y verduras. Como la anterior, la lasaña se congela antes de ser horneada, con su queso por encima y todo.
13. Croquetas de fideo con queso torta. Os cito estas croquetas en concreto porque las congelé hace no mucho, y el resultado fue bueno, pero antes de freírlas, casi cualquier tipo de croquetas se pueden congelar. Lo importante es que no lleven patata.
14. Filetes rusos. Como venimos diciendo, este tipo de platos se pueden congelar una vez que les hayamos dado forma, pero antes de ser cocinados, ya los hagamos fritos, o a la plancha.
15. Pollo con salsa de pimientos. Lo podéis guardar en el frigorífico en un tupperware durante unos 4 días, pero si lo preferís, y siempre y cuando lo hayáis hecho con pollo que no estuviera congelado previamente, estos jamoncitos de pollo en salsa también se pueden congelar.
¿Os ha resultado práctico este post? Si queréis más recetas, podéis echarle un vistazo a la sección de recetas para congelar de RecetasComidas.com, pero en todo caso, siempre que vayáis a guardar un alimento para congelar, os recomiendo que os informéis antes sobre cómo congelar cada alimento en casa.
Y si importante es saber cómo congelar, igual de importante es saber cómo descongelar los alimentos y platos cocinados con sumo cuidado. Excepto los cubitos de salsas y sofritos, con los que podéis permitiros alguna licencia, para el resto de las recetas que os he recomendado en este artículo, os recomiendo descongelar la comida siempre lentamente, y sin exponerla directamente a una fuente de calor. Lo ideal es sacar los congelados 24 horas antes y meterlos en la parte superior del frigorífico en verano, o dejarlos en el exterior en invierno.
Asunto aclarado: Bolivia esparció el ají por el mundo
30 Jun
El origen de este peculiar fruto, conocido por su fuerte sabor, era un tema de cuestión nacional para algunos países donde su consumo está muy arraigado. Acá te contamos su origen

Por Alejandro Maglione
amaglione@lanacion.com.ar
Especial para ConexiónBrando
Fin del debate:
Hasta no hace mucho tiempo había debates científicos que se podrían denominar tremendos. Haber descubierto que el origen del homo sapiens fue en África, destrozó muchos corazones que esperaban que las primeras señales de nuestro abuelo cuaternario se hubieran encontrado escarbando en París, Londres, New York, o sus alrededores, pero el ADN de los rastros humanos más antiguos apareció en el continente negro.

Y ahora resulta que aparecen dos damas bolivianas, Rita del Solar y Lupe Andrade, hacen un estudio cuidadoso de las investigaciones del botánico norteamericanoW.Hardy Eshbaugh, actualmente Profesor Emérito de la Universidad de Miami en Ohio, y ven que este científico demostró claramente que el ADN de un ajicito así de chiquitito, redondito, que toma el color y la forma de una cereza pequeña, y que su cuna, donde se lo encuentra hasta la actualidad, está en los valles mesoandinos de Cochabamba y Chuquisaca, es el padre de todos los ajíes y se lo conoce como ulupica o el chacoense.
Un tema importante.
Por lo menos para los que habitan desde México (donde reinan del jalapeño al poblano, infinidad de variedades) hacia el sur, incluido el noroeste de nuestro país, todos los países americanos en esta franja se sienten propietarios de sus ajíes, los denominan a su manera desde tiempos inmemoriales, como que también fueron viendo la evolución de sus formas y colores, desde la pelotita primigenia a la variedad que encontramos hoy en todo el mundo, a partir de terruños y climas completamente diferentes.
Cuando el Almirante Cristóbal Colón llega a América buscando Catay o Cipango, su objetivo público era cristianizar estas tierras y que patatín o patatán, pero la verdadera razón, que entusiasmó a más de un marinero forajido, fue la promesa de encontrar oro y especias. En aquellos años LA especia por excelencia era la pimienta (aparte de la canela, la nuez moscada, el azafrán entre muchas otras) que había que ir a buscar a las lejanísimas tierras del Lejano Oriente, cruzando mares infectados de piratas, que hacían de las suyas sin descanso en el estrecho de Malaca o el archipiélago indonesio, interceptando a los honestos comerciantes que intentaban allegar a Europa sus valiosas cargas.
Colón, parecería que se puso en la boca un ají pequeño, de estos que se conocen por una mala palabra (hasta quizás haya creado el «¡que lo parió!» ), y mientras su rostro se enrojecía y su cuerpo cobraba un calor no atribuible al clima caribeño, se le prendió la vela en la cabeza y pensó que había encontrado, casi al alcance de la mano, un producto que reemplazaría con ventaja a la codiciada pimienta.
Fue gracias a él, por ejemplo, que europeos como los húngaros pudieron hacer delgoulash su plato nacional; o los españoles deleitarnos con sus fabulosos embutidos. Se dice que fue gracias a españoles y portugueses que los pimientos viajan al Lejano Oriente y a la India, donde sería impensable un Mango Chutney sin pimientos verdes.

Otras razones.
El avance de la agricultura, que se inicia frecuentemente con feroces deforestaciones, está haciendo desaparecer estas plantas primigenias que crecen silvestres. Un motivo más para que los científicos se movilicen en procura de no perder estas suertes de bancos de datos, que hasta nos llevarían a conocer exactamente como fue agregando ese ají primordial las virtudes que lo diferencian y enriquecen alrededor del planeta.
Los argentinos porteños.
No somos lo que se dice un pueblo inclinado a los picantes. De donde que el morrón es esa presencia, a veces indeseada, que aparece sobre nuestro bife, extraído de un frasco -raro que el bife se decore con pimientos frescos- y depositado en forma de loncha invasora en el medio de la pieza de carne que estamos listos a devorar.
Y aclaro esto, porque nuestros hermanos latinoamericanos, suelen hacer afirmaciones, especialmente gastronómicas, diciendo «ustedes los argentinos» y a partir de allí creen descubrir que no comemos habitualmente pescado, sin haber pisado nuestras provincias mesopotámicas; que no sabemos de pimientos u otros productos andinos, sin conocer provincias como Salta o Jujuy; y así se pueden sumar afirmaciones a partir de haber observado los hábitos gastronómicos expuestos en los bodegones de Buenos Aires.
Productos farmacéuticos.

El profesor Eshbaugh, citado por Rita y Lupe, se explaya sobre la explotación de los ajíes que está haciendo la industria farmacéutica a partir del descubrimiento de las virtudes de la capsaicina presente en éstos. Por ejemplo, una crema analgésica,con 0,25% de capsaicina usada tópicamente sobre agresivas formas de herpes actúa como poderoso analgésico. También se está experimentando con éxito usarla en artritis avanzadas, neuralgias, neuropatías diabéticas y dolores post quirúrgicos.
No se le vaya ocurrir a ningún lector o lectora tomar el ajicito palabrotero y fregárselo por parte del cuerpo alguna. Recuerde que los que cocinan habitualmente con estos ajíes hacen del inmediato lavado de manos un hábito obligatorio, tan pronto como dejan de manipularlos. Tocarse un ojo sin darse cuenta, con los dedos impregnados de capsaicina en estado puro, es una experiencia tan inolvidable como dolorosa.
Al fin y al cabo, es la afamada capsaicina el componente fundamental de los aerosoles de defensa que usan muchas fuerzas policiales, y no pocas mujeres para poner en su lugar a algún mano larga con el que viaje a solas en un ascensor. Un rápido «fssst» y al tipo se le evapora la libido necesaria para trapisondas condenables.
Allá lejos.
Hay restos de ajíes o «uchus», como se llaman en lengua quechua, que se hallaron en investigaciones arqueológicas, que muestran hace 7500 años que se vienen utilizando para condimentar los alimentos, que seguramente lo complementaban con huacatay o quirquiña. Y como dicen Rita y Lupe, «cuesta creer que antes del descubrimiento no conocieran en India, Filipinas o Tailandia la existencia del ají.». Pero para aventar estas dudas es que están los esclarecedores estudios científicos.
Redondeando:
Trate de conseguir, aunque sospecho que todavía no está en nuestro país, el libro de Rita del Solar y Lupe Andrade, se llama Ají-Regalo de Bolivia al mundo. A la cuidada información, presentada en castellano e inglés, se le une un recetario en base al ají, muy interesante. Y su última página tiene un Glosario que ayuda mucho a entender de que se habla cuando se mencionan productos andinos. Me quedó una duda: la última palabra del listado es yuka, vienen dos puntos y en mayúscula y tinta roja dice: FALTA. Me tengo que juntar con Rita para saber si falta la yuka, la definición, si es una nota del editor.Ah, y recuerde, Rita ya tiene otro libro dedicado a la quinoa, igualmente interesante. Pero en ese no falta nada..
Miscelánea restauranteur. El amigo Eduardo Ceccotti del Palacio Duhau-Park Hyatt Buenos Aires, me contó que en el restaurante Duhau se viene una movida salteña del 13 al 19 de junio. Su chef, Federico Heizmann recibe a su colega salteño Lalo Angelina, donde todo el menú que presentarán huele a cerros de Salta que, como si fuera poco, regarán plato tras plato con vinos de la Bodega El Esteco. Trataré de ir al menos para el postre, a probar la mazamorra de maíz morado. Y quien te dice no pruebe todo. Veremos.
Miscelánea enológica. Viene Alex Campbell de Finca Los Maza y me cuenta que, quizás por primera vez en el país, una bodega hace un vino del cual el 12% del producido irá a laFundación Vida Silvestre. El vino se llama Oso Hormiguero -lógicamente- y la etiqueta tiene el ingenio de haber «montado» a un oso en la botella, entonces se ve su enorme trompa mirando la etiqueta, y al dar vuelta la botella, aparece en la contraetiqueta, colgando la larga cola del animal. En resumen, un varietal Malbec 100%, hábilmente maniobrado por el enólogo de la bodega, Philippe Pla; con una ingeniosa y simpática presentación de su botella.
Miscelánea restauranteur II. Me dice (@WineJedi) «vamos a Bernal a almorzar en Guadalupe». Luego de una breve resistencia, acepté. Allá me encontré con el típico restaurante manejado por su dueña, Guadalupe Gómez, que eligió en un entorno de barrio tranquilo, privilegiar la comida casera muy bien preparada a toda falsa sofisticación. Por mi boca circuló una burrata excelente; unos escalopes de bife de chorizo para mí novedosos; una lasagna perfecta, con masa bien fina; y un pechito de cerdo agridulce, con puré de batatas. Panes horneados en el momento. Carta de vinos corta pero interesante. Porciones abundantes. Precios bajos. Y con un acceso muy rápido por la autopista a La Plata, que hace que uno llegue en un chasquear de dedos. Sumando todo, una magnífica relación costo-beneficio. guadaluperestaurant@gmail.com
Miscelánea enológica. Viene Alex Campbell de Finca Los Maza y me cuenta que, quizás por primera vez en el país, una bodega hace un vino del cual el 12% del producido irá a laFundación Vida Silvestre. El vino se llama Oso Hormiguero -lógicamente- y la etiqueta tiene el ingenio de haber «montado» a un oso en la botella, entonces se ve su enorme trompa mirando la etiqueta, y al dar vuelta la botella, aparece en la contraetiqueta, colgando la larga cola del animal. En resumen, un varietal Malbec 100%, hábilmente maniobrado por el enólogo de la bodega, Philippe Pla; con una ingeniosa y simpática presentación de su botella.
Miscelánea restauranteur II. Me dice (@WineJedi) «vamos a Bernal a almorzar en Guadalupe». Luego de una breve resistencia, acepté. Allá me encontré con el típico restaurante manejado por su dueña, Guadalupe Gómez, que eligió en un entorno de barrio tranquilo, privilegiar la comida casera muy bien preparada a toda falsa sofisticación. Por mi boca circuló una burrata excelente; unos escalopes de bife de chorizo para mí novedosos; una lasagna perfecta, con masa bien fina; y un pechito de cerdo agridulce, con puré de batatas. Panes horneados en el momento. Carta de vinos corta pero interesante. Porciones abundantes. Precios bajos. Y con un acceso muy rápido por la autopista a La Plata, que hace que uno llegue en un chasquear de dedos. Sumando todo, una magnífica relación costo-beneficio. guadaluperestaurant@gmail.com
Platillos y frutas del valle de Zongo seducen a los paceños
30 Jun
Marco Aguilar / Página Siete. Frutas y verduras en gran cantidad se ofertaron en la feria agropecuaria.
Carla Hannover / La Paz
El colorido de las frutas y verduras y el aroma de los pescados a la parrilla se apoderaron del Parque Urbano Central, que recibió ayer a los productores del valle de Zongo, ubicado al noreste de la ciudad, en una feria de productos agropecuarios. Papayas, cocos, chocolates y arroz ecológico, entre otros artículos, fueron las ofertas de la feria que reunió a más de 60 productores de esa región.
«Están bien nomás los precios”, comentó doña Mariela Flores mientras recorría la feria con un enorme coco en la mano. La fruta fue una de las más consumidas ayer por quienes se dieron cita a la feria, pues su precio no superaba los cinco bolivianos. «La gente se está llevando hartos cocos para combatir el calor y porque están regalados”, agregó doña Zulma Villanueva, quien junto a las frutas comercializó chocolate, yuca y arroz ecológico, «ese que no está fumigado”, aclaró.
Desde temprano, cerca de 60 productores de las comunidades de Kelequelera, Buenos Aires, Yurumani, Zongo Choro, Huayllipaya y Tiquimani, entre otras, acomodaron sus productos con la esperanza de una venta masiva.
Cerca del mediodía, doña Marina Ortiz pedía que la feria se extienda un día más, pues aún no había terminado de comercializar la montaña de papayas que trajo desde KeleKelera. «Las estamos rematando a dos bolivianos las más pequeñas y a cinco bolivianos las más grandes. Quisiera quedarme un día más para no volver con el producto”, dijo.
Sucede que los paceños que se dieron cita a la feria, al menos los que fueron cerca del mediodía, cayeron seducidos por los aromas que despedían los stands del área de gastronomía. Allí los comensales hacían largas filas para comprar un plato «bien servido” de la tradicional wathia, de chicharrón de trucha, de charquekán de llama o de sábalos y truchas a la parrilla que en cuanto a precio no superaban los 30 bolivianos.
Ni hablar de la sajta de trucha, que doña Ximena Caero preparó para la feria. «La sajta de trucha es similar a la de pollo, porque lleva papa, tunta y jigote, salvo la carne que es la de pescado y su preparación porque se la hace cocer al vapor”, contó. «Este plato ha sido el primero en agotarse y ni siquiera es la una de la tarde (13.00)”, agregó contenta.
Mientras algunos hacían fila por los platillos, otro grupo de gente se dio cita a la feria para participar en la elección de la Cholita de Zongo 2016, evento que se desarrolló como parte del programa cultural del encuentro.
Uno de ellos fue el subalcalde de la zona Gabino Cadena, quien hizo de jurado. «Se decidió realizar la elección de la Cholita de Zongo en el marco de esta feria porque queríamos aprovechar la masiva concurrencia de la gente”, explicó Cadena a Página Siete. El título recayó sobre Sonia Jurado, una joven de 20 años de la comunidad Llaullini. La elección estuvo amenizada por un grupo de bailarines de saya que participó en el evento.
Si bien el encuentro permitió promocionar los productos de esa localidad, también posibilitó a sus habitantes hablar sobre las necesidades que tiene el sector. «Zongo está olvidada por las autoridades. Faltan buenos colegios, por eso me vine a vivir aquí, a la ciudad, con mis hijos”, contó doña Rosa Esperanza, quien comercializó empanadas de Zongo, además de lima y coca. «Ojalá pronto se puedan ver mejoras en el municipio”, dijo.
Datos de Zongo
- Pisos El valle de Zongo alberga una variada cantidad de pisos ecológicos, en alturas que van desde los 6.088 hasta los 800 metros sobre el nivel del mar.
- Habitantes El municipio de Zongo tiene cerca de 5.000 habitantes, que se dedican en su mayoría al cultivo de productos ecológicos.
- Ubicación El valle de Zongo se encuentra ubicado al norte de la ciudad de La Paz, en los contrafuertes orientales de la Cordillera Real. El valle está atravesado por el río Zongo, que nace de los deshielos del Huayna Potosí y termina en el río Coroico.
- Coca Zongo es un centro importante de producción de coca, muy cotizada por ser considerada «dulce” y agradable para masticar. De ahí que en la feria, la hoja fue uno de los productos más populares.
- Historia El valle de Zongo era importante económicamente en el incario, según la documentación dejada por los españoles durante la Colonia. En la actualidad se pueden observar restos arqueológicos en forma de caminos y sistemas agrícolas, construcciones arquitectónicas y hasta restos de pueblos abandonados de las culturas tiwanacota e inca.
Bolivia busca un récord con un gigantesco plato de quinua en el cierre del Año Internacional
30 JunChefs bolivianos muestran pastelillos de quinua durante la feria gastronómica Tambo, en La Paz (Bolivia). EFE/Archivo /EFE
Bolivia cierra hoy el Año Internacional de la Quinua con la presentación de un gigantesco plato típico andino que tiene como base al llamado «grano de oro», con el que el país andino buscará apuntarse un récord mundial, informaron fuentes oficiales.
Al evento, que se efectuará en la ciudad andina de Oruro (oeste), está prevista la asistencia del presidente, Evo Morales, y el director de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el brasileño José Graziano da Silva.
El plato que se presentará hoy es la «pisara», elaborada con quinua cocida, «charque» (carne seca de llama) y queso, señaló el Ministerio de Desarrollo Rural en un comunicado.
Para su elaboración se requerirán seis quintales de quinua blanca, roja y negra, 150 kilos de carne de llama y 250 kilos de queso, mientras para servirla se mandó a fabricar un recipiente de barro de cuatro metros de diámetro.
De esta forma, «Bolivia buscará el récord Guinness con la presentación del plato de quinua más grande del mundo», anunció el Ministerio de Desarrollo Rural.
Está previsto que al acto de cierre asistan también el presidente del Banco de Desarrollo de América Latina – CAF, el boliviano Enrique García, ministros de Morales, autoridades locales, productores de quinua y representantes de campesinos e indígenas.
Bolivia es el mayor productor mundial del grano, que se originó en Los Andes hace 7.000 años y fue un alimento clave de las antiguas culturas andinas tiahuanacota e inca.
Los cultivos bolivianos de la quinua o quinoa representan el 46 % de la producción mundial de este grano, del que Perú es el segundo productor con el 42 % y Estados Unidos el tercero.
La quinua puede ser cultivada en diferentes altitudes y climas, lo que por su alto valor proteico la convierte en una opción para las poblaciones sin acceso al consumo de carne.
La FAO declaró el 2013 como Año Internacional de la Quinua en reconocimiento a los pueblos andinos y a las valiosas propiedades nutricionales de este milenario «grano de oro».
La inauguración fue en febrero pasado en Nueva York y el cierre será hoy en Oruro, donde en paralelo se efectuará el «Simposio internacional de productores e investigadores por los valores culturales y nutricionales de la quinua».
El objetivo de ese simposio es el intercambio de experiencias entre productores e investigadores sobre la producción del grano y sus valores nutricionales, explicó el viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Víctor Hugo Vásquez.
También se anunció una feria a la que concurrirán 40 expositores, entre productores de quinua y entidades estatales relacionadas con la temática.
Aceite, Vinagre, Sal, y Pimienta.
30 JunLa clave gastronómica en casi todos los platos es el aceite el vinagre la sal y la pimienta hoy quiero que conozcan dos de estas aplicaciones y conozcan algunos platos donde su sinapsis de conjunto hace que los alimentos sean una verdadera delicia.
De estos elementos quizás el más desconocido sea el vinagre. Del vino al vinagre. La palabra vinagre viene del latín «vinum acre», «vino agrio». es un líquido miscible en agua, con sabor agrio, que proviene de la fermentación acética del alcohol, como la de vino y manzana con la levadura mycoderma acetil. El vinagre contiene una concentración que va de 3 % al 5 % de ácido acético en agua. Este sabor da un toque “rompedor” a los alimentos que los equilibra, y también los limpia de impurezas y aporta un “quid” de aroma.
Gastronómicamente hablando el vinagre más gourmet es el balsámico o también llamado Moneda, que proviene de esta ciudad italiana, es más denso y no tan agresivo y le da un toque envolvente al alimento al que se adjunta. Destaca un sabor fuerte y ligeramente dulce, y su color marroncito oscuro.
El aceite -en la cocina y en las manos del Chef – es el aceite de Oliva. Los demás aceites son, pero no son lo mismo. El aceite se extrae de la aceituna madura de seis a ocho meses del olivo (Olea europea) casi la tercera parte de la pulpa de la aceituna es aceite, y por esta razón desde muy antiguo se ha extraído fácilmente con una simple presión sobre las olivas ejercida por un primitivo molino que se llama almazara.
Personalmente he tenido la suerte de comerme una tostada con ajo con aceite que chorreaba de los espartos de la prensa de la almazara y no hay cosa más rica y sencilla para comer. Este es el tipo de aceite que le llamamos “Virgen extra” y no puede sobrepasar su grado de acidez los 0,8°
El que llamamos simplemente “Virgen” no puede superar los 2° de acidez. y el que se denomina simplemente “Aceite de oliva” son los refinados de los vírgenes, que no han alcanzado los parámetros de calidad.
Por último está el Aceite de “orujo de oliva” : Este tipo de aceite es el resultado de la mezcla de aceite del deshecho del prensado por medios físicos o químicos. Estos dos últimos se utilizan más para los fritos, y el extra y el virgen para los aliños.
Al igual que los vinos con los aceites se realizan catas. Pongas lo que pongas con mesura y delicadeza pon siempre el equilibrio de un poco de aceite vinagre sal y pimienta (del que hablaremos otro día) y ahí estará muchas veces el éxito de tus platos. En Santa Cruz hay sitios referentes en ensaladas como las que hacen en Med donde los cuatro elementos están siempre presentes, o en Frutic en la calle Moldes todo con un toque especial; y por ultimo recomendamos la magia del aceite el vinagre está en la Cocina de Inés.
www.ramonfreixa.com
Leer en EL DEBER (por motivos de espacio algunas veces las notas se cortan para de esta manera mejorar la maquetación, así pues en esta bitácora puede usted leer el original y luego el publicado obviamente son un poco distintos)
Publicado por CATABUENVINO en 14:56
viernes, 2 de agosto de 2013
Carambola, una estrella en nuestros postres
30 JunCada vez conocemos más frutas tropicales, a cual más deliciosa, pero hoy vamos a hablar de laCarambola, aunque esta fruta tiene tantos nombres, como países la conocen. La puedes oír nombrar como fruta estrella (España), tamarindo chino o dulce (Venezuela), caramboleiro (Brasil), cinco dedos (República Dominicana), dependiendo del país de procedencia.
Es una fruta muy cotizada que posee un bonito aspecto en forma de estrella y caracterizado por su sabor limpio y aromático, haciéndola apetecible tanto en postres como en ensaladas, aportándoles un toque exótico y atractivo.
Esta fruta es originaria de Malasia e Indonesia, aunque actualmente su cultivo se ha extendido a países como Tailandia, Brasil, Bolivia y Colombia.
Tiene una fina piel comestible de un color verde-dorado cuando está verde y un poco más anaranjado cuando madura. Su pulpa es crujiente y suave, con un sabor ligeramente agridulce, si la pieza es pequeña y más dulce si el tamaño de la carambola es mayor.
A la hora de comprar la fruta estrella si quieres consumirla pronto, debes fijarte en que su color sea amarillo-anaranjado y sus bordes empezando a oscurecer. Si por el contrario, la compras un poco verde, debes conservarla a una temperatura de 20º para que madure lentamente y en el momento óptimo de consumo, conservarla en la nevera, donde se conservará unas dos semanas.
Aprovecha ahora que el mercado está repleto de deliciosos alimentos y prueba a introducir la carambola en tus macedonias y ensaladas, tus platos ganarán en vistosidad y elegancia, y por su sabor seguro que repites.
Más información | Consumer
(BEST OF YEAR 1) GUSTU, PART 2
30 Jun
By: Patrick Hieger
(Originally published on 10.24.13)
La Paz, Bolivia, is the last place you might expect to find a world class restaurant that, with a little luck, could soon be listed on at least one of the 50 Best lists that are compiled each year. Built into a crater on a plateau that sits at over 13,000 feet above sea level, La Paz is a city of extremes. By day, the sun sits high in the sky, virtually unblocked by tall buildings, trees or any other type of protection. Sunburn is standard. By night, the temperature drops and the thin Andean air becomes crisp and cool. It’s great for the grapes that go into Bolivia’s high-altitude wines. For humans, though, it’s hard to understand how anyone could live in four different seasons day in and day out. But La Paz is where Claus Meyer, Danish restaurateur and co-owner of Copenhagen’s Noma, decided to place his latest foray into culinary foraging and living off the land, Gustu. At least for Meyer, it seems that the extremes make La Paz that much more enticing.
How does a Dane go from co-owning one of the world’s top restaurants in one of the world’s most expensive cities to opening a culinary palace in one of the poorest countries in South America? Well, it certainly wasn’t a rash decision. The opening of Gustu and its adjoined culinary school Melting Pot Bolivia came as part of an extensive search in conjunction with Danish non-profit Ibis. Meyer being a restaurateur, the goal was to help support a struggling economy through food, restaurant training, and agriculture. Despite its economic shortcomings, Bolivia has a wealth of undiscovered products in each of its three diverse climates (Andean, Amazon, plains) that make it an appealing place to put a restaurant that focuses on using the best the land has to offer. High stability and a low crime rate made Bolivia look even more appealing, and thus the decision was made. Melting Pot Bolivia was founded, culinary and service training began, and a few months later, Gustu was opened. Not simply a restaurant, though, the goal of Gustu, Meyer, Ibis, and everyone else involved is to start a movement, nay, a chain reaction, that kick starts Bolivia, its producers, its agriculture, and therefore its economy, putting it on the map as a new, exciting culinary destination worth visiting. Sounds simple, right?
Past the co-ownership and the obvious Danish ties, it’s actually best to forget about Noma, and perhaps Denmark altogether, when talking about Gustu. Oh, well, there are Gustu’s head chef Kamilla Seidler and front-of-house and beverage manager, Jonas Andersen, both Danes, but past them, you can forget about Denmark. No, really. Gustu is Bolivian, make no bones about it. From the raw products to the couches, the wines, the beers, and the staff, two of the four managers on staff may be Danish, but everything else is strictly Bolivian.
If you talk to Bolivians that know about the restaurant, the world you’ll most often hear associated with it is “movement.” The movement. The movement that Gustu, and Melting Pot, and Meyer have brought to Bolivia. The movement to “put Bolivia on the map,” as many supporters say. The movement, as Gustu’s slogan clearly states, “to change the world through food.” It’s a massive goal, a movement, but once you’re there, drinking Bolivian wines, or one of the various nearly unheard of Bolivian microbrews that explode with flavor and crisp, new flavors, you start to realize that maybe, just maybe, they’ve got something. Something that isn’t necessarily, or specifically, just about food, but about a culture as a whole, and the fact that they do have a wealth of products that the world could and would love.
It’s already happening all over South America, with Peru leading the march towards international acclaim. Recognize what you have. Get the people to talk about traditions and pride and the flavors they love out loud, and not just to themselves. Celebrate the products that you and only you have. Then scream it from the mountain tops. Hype it. Serve it on street corners. In divey little restaurants with just enough character. In big, palatial temples devoted to high cuisine. In everyday restaurants that everyone can afford. And then they’ll come. The pilgrims. The foodies. The tourists. Eating isn’t just fun, or trendy. It’s necessary. So why not make it delicious at the same time? I’m here to tell you that Bolivia has a delicious chance. Start thinking about La Paz, and Santa Cruz as names you should know. Soon–hopefully very soon–they’ll be almost as widely used as names like Lima, or Buenos Aires, or Sao Paolo. And with good reason.
Currently, there’s only one real destination for dining in La Paz. It’s Gustu. There are a number of higher-end hotels that serve decent meals at decent prices, with flavorful, semi-traditional Bolivian dishes mixed into their otherwise fusion and internationally-focused menus, but Gustu is the only place that is currently trying to look at the full scope of the Bolivian larder and say, hey, we can work with this. It just takes a little creativity. Go to the street and you’ll find treats like anticuchos with grilled potatoes and hot sauce. Cooked tripe with potatoes and a different hot sauce. Or the ‘chola sandwich,’ made from slow-roasted pork and served with onions and hot sauce in warm bun, all so tender it will go down like a milkshake. There’s good eating, for sure. There’s a great deal of restaurants serving everything from chicken to hamburgers, Argentine-style steaks to basic Italian food. But aside from the obvious tourist and international fare, there’s also a good deal of foundational Bolivian foods that are simple, flavorful, and full of potential. The range from high to low is still just too broad.
Gustu is inevitably described as high-end. Menu options range from bar snacks or a la carte plates to a 15-course tasting menu served on handmade clay plates, paired strictly with Bolivian wines and beers, all for $120 or so. A steal, given the quality. High-end for Bolivia. It doesn’t feel high-end though. Or at least it doesn’t feel stuffy. The food at Gustu feels comfortable, like homemade food. The atmosphere has minimalist Danish touches (I know, I said it again), warmed up with Bolivian textiles and colors. Natural products, carved native woods, candles illuminating what would otherwise be dark corners. High-end with the comforts of home.
The chefs aim to change the menu every six weeks, based on seasonality and new discoveries from forager Joan Garbó, a Spaniard who now leads Gustu’s L.A.B. (Laboratorio de Alimentos Bolivianos). As the team attempts to create Bolivian fare, they must discover it as well. Dishes like rabbit confit over a purée of white choclo–a large kernel variety of Andean corn–with burnt kernels of the same feel like comfort food. A raw egg yolk served with shredded hearts of palm and llama jerky bear an uncanny resemblance to a carbonara, but unlike any carbonara you’ve ever had. A dessert of tamarind, ají, tomatillo, and cherimoya lingers on the tongue, a reminder that you can go from meat and potatoes to tropical-like acid and heat in the course of one meal. From one country.
Ox cheeks with braised mushrooms and potato chips from one of the thousands of varieties of potatoes that Bolivia boasts. Quinoa. Llama. Lamb. Yucca. Amazonian fish. Peanuts. Chilies. Plantains. Cactus. And so much more. So much more that hasn’t even been discovered, or that people simply aren’t using in large quantities. It this is Bolivian food and it can be this good, yet still so inviting, where has it been all this time? Or why have people simply been overlooking it? “Are you embarrassed?” Ignacio Medina asked in his talk at Tambo’s symposium. I would certainly hope not. This is the kind of food that chefs only dream about being able to cook. The kind of restaurant that gets awards and accolades and–oh, wait, that’s the point.
Then there’s the drinks. Singani, Bolivia’s answer to Pisco, gets deftly mixed into cocktails with sugars like chankaka, and orange. It’s like an Amazonian old-fashioned. Vanilla and raspberry sours that aren’t in the least way “girly.” Singani with llajua and tomato, a slightly spicy, herbal cocktail. Ginger and cherries with genebre. These are easily the best cocktails that no one knows about. And that’s just the start. Bolivian wines are interesting, if not in need of a little work. Bolivian microbrews, at least what I had, were simply outstanding. The Aleksandra Golden Ale, made just blocks from Gustu, is crisp and refreshing, easily as good as any wheat beer from across the United States. Chala, the frothy quinoa brew that was the best combatant against the unrelenting sun. Stouts, lagers, and more. One restaurant, one team, is harvesting all of this. They’ve got it on their menu now–all of it. Hopefully soon, the rest of Bolivia will, too.
Elizabeth Abel (Eli) is from Pennsylvania. She’s trained with coffee companies like Counter Culture in Washington DC. She now helps manage the floor and leads the coffee program at Gustu, using only nationally-sourced coffees from Bolivia. Chemex is her method of choice. Maribel Rivero is from Austin, Texas. She’s a graduate of the CIA program in San Antonio. When she got wind of Gustu, she sold everything, including her car, to come to Bolivia and take part in the movement. She now helps run Gustu’s catering department. Cooks have fallen into rivers out of trees, losing their keys and wallet to try and get hand-picked ingredients. Everyone works with a smile. They’re proud. They’re excited. They love it when visitors come through the door. They love talking about the food and seeing people excited about it. For those priceless touches alone, Gustu is the single best restaurant experience I’ve ever had. Loyalty, pride and concern go a long way.
Go back to the first part of this article and find Kamilla, and Joan, and Michelangelo at Tambo, getting sunburnt, and frustrated with organizing a festival, then back at Gustu to work service. Find their cooks, talking about how Gustu has given them pride, both in their country and in themselves. Find Coral Ayoroa, in charge of Melting Pot and key player in Gustu, working non-stop to make sure that the festival, the food, and the organization are a success. Find more of the cooks, and bartenders, and dishwashers, and the beer producers themselves at Gustu’s stands (yes, plural) at Tambo, surrounded by other Bolivian restaurants and producers, making sure they become part of the fabric that makes the country, and its food, worth coming back for. Can one restaurant be responsible for changing an entire country? A restaurant? It’s so difficult to wrap your mind around the idea, but when you see the team in action, it seems entirely possible.
If Joan Garbó has his way, Gustu will be included in next year’s list of Latin America’s 50 Best restaurants. If his wish, and the wish of the entire staff of Gustu, comes true, they’ll be on the World’s 50 Best within three years. And it seems possible, or rather likely. Both do. But those are just awards and can, for so many people, be rather arbitrary. The cactus producer who lives in the jungle or the woman that harvests potatoes may not care. Hell, they may never even come to eat at Gustu, simply because it’s out of their realm. But it would be their work, as much as it would the team behind Gustu’s, up there getting celebrated. At least that’s how Claus Meyer, his team of foreign implants, and all the cooks and waiters and other hands that make Gustu tick, would see it.
Gustu isn’t for everyone. At least, not in the sense of dining out. It aims big, higher than the mountain it sits on. Not everyone wants to go and eat 15 plates of food. Or can afford to pay $120. For many, a chola sandwich will suffice. In its larger vision, though, Gustu really is for everyone. Or it’s trying to be. Gustu is trying its hardest to be Bolivian, and think Bolivian, and support the best that Bolivia has to offer. From the Amazon to the Andes, and everywhere in between. It’s not easy, but I do truly hope they succeed. I hope that Bolivia gets “put on the map.” And that food, that simple, daily need, can bring a country around. ¡Qué gustu!