Para aquellos escépticos en cuanto a la ingesta de dulce con licor, el vino y el chocolate muestran que los placeres, a veces, pueden mezclarse
Juntar uno de los postres favoritos de la historia con la bebida más popular del mundo, depende de la calidad de ambos. Es necesario saber que el vino tiene que ser tan dulce o incluso un poco más que el chocolate que lo acompañe.
De lo contrario, el sabor del vino podría volverse amargo o ácido con rapidez. Por otro lado, cuando se armonizan vinos y chocolates, hay que tomar en cuenta que la mejor elección es combinar chocolates suaves y elegantes con vinos de poco cuerpo, ya que mientras más fuerte el chocolate, más cuerpo necesita el vino.
Para chocolate blanco
El chocolate blanco, por dulce y mantecoso, combina con un Moscato. Este vino resaltará la cremosidad del chocolate, mientras que el chocolate explotará el tono frutal del vino.
También se puede combinar el chocolate blanco con vino más fuerte a nivel contenido de taninos y de más graduación alcohólica como el Zinfandel o Primitivo. Los taninos serán suavizados por el chocolate.
Para chocolate de leche
Ideal con un Pinot Noir o un Merlot de poco cuerpo. También un vino espumante o incluso un champagne puede ir de la mano con algún chocolate con leche que contenga frutas. Una combinación clásica es el vino Oporto, apuesta segura cuando se busca el vino perfecto para acentuar el sabor del chocolate de leche.
Para chocolate amargo
Aquellos chocolates amargos o semi amargos, requieren de un vino de sabor tostado, ligeramente robusto y que goce de notas propias de chocolate. Los Cabernets poseen trayectoria complementando a la perfección el chocolate amargo, resultado una mezcla incomparable.
Un Cabernet Sauvignon o un Zinfandel cumplirán las expectativas.
Incluso un Merlot para combinar con algún chocolate amargo que tenga alrededor de 55% de cacao. Otra opción es un bien Oporto rojizo o añejo que puede degustarse con algún postre con chocolate amargo o trufas.