Cuarzo rosado
La energía del cuarzo rosado es gentil y suave, sanadora del corazón tanto a nivel físico como emocional. Es un obsequio adecuado para quien necesita trabajar en su amor propio.
Fluorita
La fluorita viene en una variedad de colores diferentes. Es beneficiosa para protegerse de la energía negativa de los demás o de ambiente en que se está, ya que la piedra capta y absorbe esa energía y nos aísla de ella. Es importante limpiarla al menos una vez a la semana cuando es usada constantemente para este tipo de protección.
Lapislázuli
Esta piedra milenaria de origen egipcio ayuda a atravesar momentos de confusión y bloqueos emocionales, y discernir en medio de la neblina mental para llegar a la raíz de los problemas.
Hematita
La hematita es una gema que ayuda a centrarnos. Es de color gris metálico y es utilizada como una herramienta para centrarse y afrontar los problemas y situaciones cotidianas cuando nos hacen tender a evadirnos.
Jade
La piedra de jade asiste en la aceptación de la realidad. Porta una energía calma y serena que ayuda a la persona que la porta a ser menos crítica de sí misma y de los demás.
Amatista
Esta es una gema de propiedades espirituales y sanadoras muy elevadas, asociada con la conciencia de Cristo y con la llama violeta de la transformación. Ayuda a conectarse con energías mas elevadas y conscientes.
Turquesa
La turquesa es una gema maestra que ayuda a capitalizar lecciones espirituales a través de la meditación. Suele engarzarse en anillos o gargantillas.
Kianita
Relacionada con la meditación , este cristal azul es bueno para llevar cerca del chakra de la garganta, a modo de collar. Asiste en la meditación y facilita la canalización y comunicación abierta con los guías espirituales y ángeles. Tiene propiedades para aportar equilibrio a la persona y alinear los chakras. Esta gema no necesita ser limpiada, ya que se libera por sí misma de las energías negativas que absorbe.
Obsidiana
La obsidiana es otra de las piedras que en gemoterapia es utilizada con fines protectores. Asiste en entregarse al flujo de las situaciones y a liberarse de hábitos negativos y patrones pasados que ya no sirven en el presente. Trae la capacidad de conectarse con oportunidades de cambio, serenidad y claridad.