
Para entender lo que sucederá en el altar de la mesa de difuntos es necesario remontarse a las tradiciones precolombinas. En este mundo están presentes tres universos: “la Mankapacha, el mundo de abajo; la Akapacha, el mundo donde estamos, y la Alajpacha, el mundo de donde vienen los muertos, las almas”.
Por eso, en esta fecha se coloca una escalera como parte central de la mesa, porque es por ella por donde descenderá y ascenderá el alma. Pero no sólo eso, existen otros elementos que forman parte de este ritual. Por ejemplo, las masas cuya máxima expresión son las t’antawawas, las t’antachachas, las t’antamamas y las t’antaachachis, para los ancianos que fallecieron el último año.
La existencia de estos elementos confirma la dualidad hombre-mujer de la cosmovisión andina, según David Mendoza.
Alivianar los pecados
El preparado de las mesas está repleto de metáforas. Sin embargo, uno de los aspectos más importantes se refiere a las penas y los pecados.
Hay dos elementos que les sirven a los difuntos para tener un “viaje” más ligero de pecados. El ají de arvejas y la chicha morada.
Según la investigadora Elizabeth Col: “Esta comida se debe preparar con muchas arvejitas y cada una de ellas representa un pecado que te lo comes tú y así le estás alivianando la carga. La chicha morada se hace de granos, se hace de maíz, y como también son granos representan pecados que al comerlos hacen más ligero el viaje de ida y vuelta los difuntos”.
Otros elementos que también son parte de Todos Santos son los animales hechos de pan. En especial los caballos y los perros, que son los compañeros en el viaje de los difuntos. En tanto que las llamas sirven para aligerar las cargas, que por lo general son las penas de las almas.
Las caretas se hacían a mano y con ojitos de clavo de olor
Todos Santos es una fiesta que conserva su mística, aunque algunas cosas han cambiado. Una de las características que más recuerda Elizabeth Col es que en el pasado las máscaras de los panes eran hechas de masa de pan, igual que el resto de las ofrendas. “Me acuerdo que se hacían caritas con ojitos de clavo de olor y he visto caritas preciosas. Se hacían según el difunto, había para mujer, niño y hombre. Me acuerdo de esas caritas que había que armar, hablo de los años 40 a 60, desde que me acuerdo de la mesa de mi abuelo”.
Las caretas hoy en día se compran en las calles y vienen en diferentes modelos. Hay desde las que representan a los niños e incluso aquellas que son de varón, mujer, ancianos y personas del campo.
Otra de las características de antaño está marcada por la comida. Édgar Arandia explica que el primer año del deceso del difunto se debe preparar un quintal de masas, preferentemente pan que se entregaba entre las personas que rezaban por las almas. Hoy, esta cantidad ha bajado considerablemente.
Col cuenta en tono de broma que en Todos Santos “una persona se podía morir de indigestión, pero no de hambre”. Las masas no eran hechas por los deudos, sino por otras personas.
“Además, no se hacían bizcochuelos en el horno de la cocina porque no entraban y había que ir a los hornos de los barrios”. El preparado de las masas estaba a cargo de los “gualaychos”. “Los gualaychos ganaban plata batiendo el molinillo con sus cinturones: entonces no había batidora eléctrica. Ellos, sentados, sujetando el perol con las rodillas, dándole con la correa al molino”.
El bizcochuelo —una masa característica de Todos Santos— se hacía con harina de papa. Una receta antigua, rememorada por Col, indica que se usaban 50 huevos, cuatro libras de harina de papa y media botella de pisco.
El preparado de la masa también era un indicador del futuro. Si ésta era “espumosa y deliciosa”, era una premonición de días mejores para los vivientes.
Antes, más que ahora, era prohibido colocar en la mesa a animales con las patas desiguales, porque las bestias lisiadas no servirían a las personas en su peregrinaje. Hoy bajó esta exigencia.
A mediodía se espera la llegada de las almas de los difuntos a los hogares.
Sólo una vez al año arriban las almas de los difuntos. El resto del tiempo viven en otro espacio.
Los tokoros, conocidos como cebollas torcidas, les sirven a los difuntos como cantimploras.
También es necesario colocar bombillas: las almas no son corpóreas y sorben.
Hoy se debe preparar la comida preferida del alma. En la oferta culinaria se incluye ají de fideo.
Cuando alguien se alimenta con productos colocados en la mesa, se sirve a nombre del difunto.
Las personas deben comer los alimentos al día siguiente de colocados en las mesas.
La música de los dolientes debe ser del agrado del difunto. También hay cantores .
Cuando te pregunten quién es tu madre, vas a decir que es la Dolorosa…
Así comienza una de las típicas canciones de esta festividad que se interpretaba en antaño.
Y cuando te pregunten quién es tu padre, vas a decir que Jesús…
Es el verso final de uno de los cientos de temas antiguos, muchos olvidados.
En los cementerios, ahora, se suelen vender cancioneros con nuevas melodías.
Significados de los elementos de la mesa
Caña
Además de ser un elemento dulce, estas cañas sirven para señalar los cuatro puntos cardinales. Al mismo tiempo, sirven como carpas para acompañar a los difuntos en su viaje.
Bizcochuelo
El bizcochuelo se hace de huevos. Elizabeth Col señaló que antes se lo hacía con harina de papa y pisco. No se utilizaba batidora eléctrica, sino unos envases de madera agitados con cinturones.
Escalera
Está hecha de masa y sirve para que las almas de los muertos vayan y vengan por los diferentes mundos. Es imprescindible en una mesa de Todos Santos y no debe estar rota.
Suspiros
Los suspiros y los dulces deben estar presentes en las mesas de Todos Santos que se arman para los niños. Estas golosinas hacen referencia a los gustos de los infantes durante su estadía en “este” mundo.
Corona
Son de diferentes colores. Las blancas son para recordar a los menores fallecidos; las negras y moradas, para los adultos.
Fruta
La fruta y la comida que está presente en la mesa es para saciar el apetito de los visitantes que han hecho el viaje desde su mundo.
El Deber. (Deisy Ortiz Durán).
http://eju.tv/2009/11/da-de-los-difuntos-o-todos-santos-afloran-las-creencias-y-tradiciones/
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Etiquetas: Bolivia, Historia, Leyendas, Todos Santos, Tradicion