Los incendios forestales,la quema de pastizales, la cacería y la pesca comercial son algunas de las amenazas que acosan al Pantanal.
Fotos: Archivo Página Siete.. El bloque mayor del Parque Nacional Pantanal comprende 10.000 kilómetros.
Fotos: Archivo Página Siete.. El bloque mayor del Parque Nacional Pantanal comprende 10.000 kilómetros.
Ésta es la conclusión de un nuevo estudio que analiza el futuro del glaciar Totten, un importante glaciar en la Antártida, que drena en una de las áreas de hielo más grandes del mundo, la plataforma de hielo de la Antártida Oriental (SEIA, por sus siglas en inglés).
Mediante el estudio de la historia de avances y retrocesos de Totten, los investigadores han descubierto que, si el cambio climático continúa sin cesar, el glaciar podría cruzar un umbral crítico durante el próximo siglo, entrando en un periodo irreversible de muy rápido retroceso. Esto causaría la retirada e hasta 300 kilómetros hacia el interior en los siglos siguientes y la liberación de grandes cantidades de agua, contribuyendo a hasta 2,9 metros de subida global del nivel del mar.
Se cree que la SEIA es relativamente estable haciendo frente al calentamiento global en comparación con la capa de hielo mucho más pequeña en el oeste de la Antártida, pero el glaciar Totten está yendo en contra de esa tendencia al perder grandes cantidades de hielo. La nueva investigación revela que Totten puede ser aún más vulnerable de lo que se pensaba anteriormente.
El estudio, realizado por científicos del Imperial College de Londres, en Reino Unido, e instituciones en Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda, se publica este miércoles en ‘Nature’. El año pasado, el equipo descubrió que en la actualidad hay agua caliente que circula por debajo de una porción flotante del glaciar que está causando más fusión de la que se podría haber esperado.
Su nueva investigación se centra en la geología subyacente del glaciar y revela que, si se retira otros entre 100 y 150 kilómetros, su frontal va a estar sentado en una plataforma inestable y esto podría desencadenar un periodo de rápido retroceso de los glaciares. Esto provocaría que se retirara casi 300 kilómetros hacia el interior desde la parte frontal actual en la costa.
Una fusión de cientos de años, pero imparable
La retirada de esos 300 kilómetros hacia el interior puede llevar varios cientos de años, según el coautor del profesor Martin Siegert, codirector del Instituto Grantham en el Imperial College de Londres, quien matiza que una vez que el glaciar cruza el umbral hacia la región inestable, la fusión será imparable, al menos hasta que haya retrocedido hasta el punto donde la geología se vuelve más estable de nuevo.
“La evidencia está pintando un cuadro de la Antártida oriental mucho más vulnerable a un entorno de calentamiento de lo que pensábamos -advierte–. Esto es algo que debe preocuparnos. El glaciar Totten está perdiendo hielo ahora y el agua caliente del océano que está causando esta pérdida tiene el potencial de impulsar también el glaciar de nuevo a un lugar inestable”.
“El glaciar Totten es sólo una salida para el hielo de la capa de hielo de la Antártida Oriental, pero podría tener un impacto enorme. La capa de hielo de la Antártida Oriental es, con mucho, la mayor masa de hielo en la Tierra, por lo que cualquier cambio pequeño tiene una gran influencia en todo el mundo“, subraya.
Para descubrir la historia de los movimientos del glaciar Totten, el equipo analizó las rocas sedimentarias por debajo del glaciar mediante estudios geofísicos aéreos. Desde el registro geológico, influenciado por la erosión por el hielo más arriba, fueron capaces de entender la historia del glaciar que se remonta a millones de años.
Los investigadores encontraron que el glaciar ha retrocedido más rápidamente sobre ciertas regiones inestables en el pasado. Sobre la base de esta evidencia, los científicos creen que cuando el glaciar afecte a estas regiones se producirá el mismo patrón de rápido retroceso.
(Fuente: europapress.es)
Ludovico Einaudi ha interpretado de forma magistral el piano en unaplataforma flotante en el océano Ártico con el objetivo de llamar la atención hacia la necesidad de su protección. La actuación ha sido parte de una campaña de la organización ecológica Greenpeace.
Según detalla la agencia Europa Press, el intérprete ha tocado la piezafrente al glaciar Wahlenbergbreen (en Svalbard, Noruega).
Greenpeace demanda a la comisión OSPAR, que se reúne esta semana en Tenerife, España y apruebe la propuesta para proteger las aguas internacionales del Ártico sobre las que tiene competencia.
Einaudi ha viajado al Ártico a bordo del barco de Greenpeace Arctic Sunrise.
La composición ‘Elegy for the Artic’ (Elegía por el Ártico) se inspira en su belleza y en las amenazas a las que se enfrenta.
La ONG construyó una plataforma de 2,6 x 10 metros para esta acción, que simula un iceberg elaborado con más 300 triángulos de madera unidos entre sí con un peso total de casi dos toneladas.
Un nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature Communications’ reza que las tormentas solares -erupciones en el Sol que emiten partículas- en un futuro próximo podrían afectar a la Tierra y serán mucho más potentes de lo que se suponía anteriormente.
Científicos de Suecia, Suiza, Dinamarca y EE.UU. realizaron investigaciones mediante el análisis de bajos niveles de carbono radiactivo en los núcleos de hielo de Groenlandia y la Antártida y ahora han confirmado que el universo fue golpeado por dos tormentas solares, denominadas “extremas” por su potencia, hace más de mil años.
Los científicos creen que las ‘supertormentas’ ocurren aproximadamente cada 200 años y podrían “sumergir al universo en un verdadero caos”, causando cortes en el suministro de electricidad, rompiendo las comunicaciones, y provocando serios problemas de salud a los habitantes de nuestro planeta.
Así, en los años 774 y 775 la Tierra sufrió una poderosa radiación cósmica, después, en los años 993-994 y la última, conocida como ‘evento Carrington’, fue en 1859, paralizó los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte.
Actualmente, los expertos se están preparando para otro evento y las investigaciones podrían ayudar a reevaluar los riesgos y daños producidos por las tormentas solares y utilizarse para la futura planificación de cómo mantener los sistemas electrónicos. “Estas tormentas solares exceden con creces los eventos conocidos observados por mediciones instrumentales en la Tierra.
Los resultados deberían conducir a una reevaluación de los riesgos asociados con las tormentas solares”, dice el jefe del Departamento de Geología de la Universidad de Lund en Suecia, Raimund Muscheler.
(Fuente: rt.com)
El glaciar Zachariae Isstrom, una de las masas de hielo más importantes de Groenlandia (91.000 km2, equivalente a tres veces la superficie de Catalunya), se encuentra desde el otoño de 2012 en un proceso de deshielo que puede calificarse de dramático.
La velocidad con la que el hielo de este glaciar se desplaza hacia el mar se ha triplicado y la desaparición de hielo en el mar se ha duplicado en los últimos dos años, según los datos de un estudio liderado por expertos de la NASA y las universidades de Kansas y California (EE.UU) que publica este viernes 13 de noviembre la revista Science.
“Después de 8 años de decadencia de su plataforma de hielo, el Zachariae Isstrom entró en una fase de retroceso acelerado en el otoño de 2012”, destacan los autores en el resumen de su artículo científico. En este mismo abstract, los científicos recuerdan que si se derrite todo el hielo del Zachariae Isstrom, el nivel del mar de todo el planeta se elevaría medio metro.
“Los glaciares del norte de Groenlandia están cambiando rápidamente -apunta el autor principal Jeremie Mouginot, investigador asistente en el Departamento de Ciencias del Sistema Terrestre en la Universidad de California, Irvine, Estados Unidos–. La forma y la dinámica de Zachariae Isstrom han cambiado dramáticamente en los últimos años. El glaciar se está rompiendo y arrojando altos volúmenes de icebergs en el océano, lo que redundará en el aumento del nivel del mar en las próximas décadas”.
Observación constante de la superficie helada
El equipo de investigación utilizó datos de reconocimientos aéreos y observaciones por satélite adquiridos por múltiples agencias espaciales internacionales. Los sistemas altamente sensibles monitorearon y registraron cambios en la forma, tamaño y posición de hielo glacial durante largos periodos de tiempo, proporcionando datos precisos sobre el estado de las regiones polares de la Tierra.
Los científicos determinaron que la parte inferior de Zachariae Isstrom se está erosionando rápidamente por el agua del océano más caliente mezclada con cantidades crecientes de agua de deshielo de la superficie de la capa de hielo. “El calentamiento del océano probablemente ha jugado un papel importante en el desencadenamiento de la retirada [del glaciar] -señala Mouginot- pero necesitamos más observaciones oceanográficas en este sector crítico de Groenlandia para determinar su futuro”.
“Zachariae Isstrom está siendo golpeado por encima y por debajo”, alerta el autor principal, Eric Rignot, profesor en UCI. “La parte superior del glaciar se está derritiendo como resultado de décadas de constante aumento la temperatura del aire, mientras que su parte inferior se ve comprometida por las corrientes que llevan agua del océano más cálido y el glaciar se está rompiendo en pedazos y retrayéndose hacia suelo más profundo”.
Nioghalvfjerdsfjorden, también se está derritiendo rápidamente, pero está retrocediendo a un ritmo más lento porque está protegido por una colina hacia el interior. Los dos glaciares representan el 12% de la capa de hielo de Groenlandia y si desaparecen totalmente provocarían una elevación del nivel del mar -a escala global- casi un metro.
(Fuente: lavanguardia.com)
La comunidad internacional tendrá que llevar a cabo reducciones más drásticas de las emisiones de gases invernaderos para cumplir con las metas del Acuerdo de París.
El Acuerdo de París sobre el cambio climático, firmado por 174 países y la Unión Europea la semana pasada, se ha marcado como uno de sus objetivos la limitación del calentamiento global a 1,5 centígrados por encima del nivel previo a la Revolución Industrial.
Un estudio de la organización científica Climate Central ha constatado que el aumento de la temperatura media global durante el primer trimestre del año fue de 1,48 grados centígrados.
En concreto, el pasado mes de febrero se produjo el mayor incremento de la temperatura media mundial desde que hay registros: 1,55 grados centígrados. En marzo la media se elevó hasta los 1,5 grados centígrados y en enero se situó en los 1,4 grados centígrados por encima del nivel preindustrial. El estudio se basa en datos proporcionados por la NASA y la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU.).
Un comienzo de año como este no obliga a pensar que el mundo haya fracasado a la hora de cumplir con las metas del Acuerdo de París. Es poco probable que en su conjunto 2016 exceda en 1,5 grados la media registrada entre 1881 y 1910, el período de referencia más temprano cuyos datos se consideran fiables.
Pero si los niveles actuales de emisiones se mantienen, sobrepasaremos el umbral anual de 1,5 grados dentro de entre 10 y 15 años, señala la organización.
El primer trimestre del 2016 ha supuesto un hito simbólico notable, acentúa Climate Central, al igual que cuando en 2013 el mundo superó por primera vez el límite de las 400 partículas por millón de dióxido de carbono en la atmósfera.
La organización advierte que los primeros tres meses de 2016 constituyen un claro mensaje sobre la peligrosa dirección en la que se mueve el mundo.
Fuente: actualidad.rt.com
pixabay.com
La Unesco advierte que fenómenos como el aumento de las temperaturas, el derretimiento de los glaciares o la subida del nivel del mar están afectando al Patrimonio Mundial en todo el mundo.
El cambio climático se está convirtiendo rápidamente en uno de los riesgos más significativos para los sitios del Patrimonio Mundial, según un informe de la Unesco que analizó su impacto en 31 sitios culturales y naturales de 29 países.
Bienes tan emblemáticos como Venecia, en Italia; las Islas Galápagos, en Ecuador; la ciudad portuaria de Cartagena de Indias, en Colombia; el monumento megalítico de Stonehenge, en el Reino Unido, figuran entre los estudiados.
La ciudad italiana de Venecia.
La ciudad italiana de Venecia.pixabay.com
Coro y su puerto, en Venezuela; el Parque Nacional Huascarán, en Perú; el Bosque Atlántico-Reservas del Sudeste, en Brasil, y el Parque Nacional de Rapa Nui, en Chile, son los otros sitios vulnerables de Latinoamérica incluidos en el informe, en el que resalta además que la Isla de Pascua (Chile) podría perder algunas estatuas debido a la erosión costera, mientras que en muchos de los principales arrecifes de coral del mundo se observa “una decoloración sin precedentes relacionada con el cambio climático”.
La Gran Fuente Prismática, en el Parque Nacional Yellowstone de EE.UU.
La Gran Fuente Prismática, en el Parque Nacional Yellowstone de EE.UU.Jim UrquhartReuters
Por su parte, el portal CBC News, que ha analizado el informe, sostiene que los lugares que mayor riesgo presentan son: Venecia, Lunenburg (un pequeño pueblo en la provincia canadiense de Nueva Escocia), la Gran Fuente Prismática (en el Parque Nacional Yellowstone de EE.UU.), las estatuas de la Isla de Pascua, el Parque Nacional de Komodo en Indonesia, la Estatua de la Libertad de Nueva York (EE.UU.), las Islas Galápagos y el Wadi Rum (Valle de la Luna) en Jordania.
Estatua de la Libertad de Nueva York, EE.UU.
Estatua de la Libertad de Nueva York, EE.UU.pixabay.com
La Unesco señala que fenómenos como el aumento de las temperaturas, el derretimiento de los glaciares, la subida del nivel del mar o el mayor riesgo de sequías e incendios, afectan al Patrimonio Mundial en todo el mundo.
Wadi Rum (Valle de la Luna), Jordania.
Wadi Rum (Valle de la Luna), Jordania.Wikipedia.org / AllesWirdGut65
Según el estudio, “el cambio climático podría llegar incluso a causar que algunos sitios del Patrimonio Mundial pierdan su condición”. Por lo que es de “vital importancia” limitar el aumento global de la temperatura a un nivel inferior a los dos grados centígrados, tal como se fijó en el Acuerdo de París, adoptado en diciembre pasado en la cumbre del clima COP21.
El monumento megalítico de Stonehenge, Reino Unido.
El monumento megalítico de Stonehenge, Reino Unido.Kieran DohertyReuters
Lunenburg, en la provincia canadiense de Nueva Escocia.
Lunenburg, en la provincia canadiense de Nueva Escocia.Wikipedia.org / Danielle Langlois
Las estatuas de la Isla de Pascua, Chile.
Las estatuas de la Isla de Pascua, Chile.Reuters
El científico nuclear iraní Mehran Keshe afirma que América del Norte y América del Sur quedarán divididas a causa de un gran terremoto y ‘megatsunamis’ que podrían “golpear América y Asia matando a 40 millones de personas”. Para el científico, el terremoto es “inminente”, informa el portal Express.
La predicción es presentada en una grabación en la que el experto marca en un mapa varios terremotos que se produjeron en el continente americano: tres con magnitudes entre el 6,6 y el 6,9 en la costa oeste de EE.UU., tres terremotos en el canal de Panamá y el reciente sismo de magnitud 8,3 que tuvo lugar en Chile.
“Hemos visto cómo el número de terremotos a lo largo de la costa oeste de EE.UU. ha aumentado”, recuerda el científico. “El continente sudamericano es el punto de partida de la debilidad. Habrá terremotos de magnitudes entre 10 y 16 y, en una ocasión, otro de magnitud comprendida entre 20 y 24″, indica.
En cuanto a las previsiones sísmicas, los expertos estiman que en California existe una probabilidad del 99 por ciento de que haya un sismo de magnitud 6,5 –al menos– en los próximos 30 años: el llamado ‘Big One’. La Fundación Keshe, dirigida por el citado científico y con base en Bélgica, sostiene que la serie de terremotos de magnitud comprendida entre 6 y 8,3 ocurridos en el último mes constituyen el comienzo de un ‘megaterremoto’ que, a su juicio, podría ocurrir en cualquier momento entre el momento presente y el próximo otoño.
Asimismo, Keshe afirma haber descubierto cómo convertir plasma eléctricamente cargado en suministro energético ilimitado en forma líquida, solida o gaseosa. El científico sostiene que si se adaptase este sistema la mayoría de nuestros problemas relacionados con la energía, la alimentación y la escasez de agua a causa de los terremotos, cesarían.
“La economía mundial colapsará. El orden bancario no soportará tal desastre. Espero que no suceda de esta manera, pero es algo que sé que es inevitable”, sentencia.
Express
Cuando pensamos en naturalistas influyentes, el primero que nos viene a la cabeza es Charles Darwin y su teoría sobre el orígen de las especies.
Sin embargo, hubo otros científicos importantes que cambiaron nuestra forma de ver y comprender la naturaleza.
Estas son algunas de las figuras más admirables de la historia de las ciencias naturales. ¿Los conoces?
Edward Tyson consideraba que cada animal era un mundo maravilloso en sí mismo.
Sostenía que debemos tratar de comprender a los animales para poder entender mejor a los seres humanos.
Nacido en 1651, Tyson era un talentoso anatomista y fue uno de los primeros en su campo en comparar la anatomía de los animales con la de los humanos.
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Para la disección de un chimpancé, tuvo en mente los cuerpos de humanos y monos, y notó que el chimpancé tenía más similitudes con los humanos que con los monos.
Básicamente, Tyson identificó un nuevo grupo de animales: los simios.
El naturalista elaboró estas teorías mucho antes de que las teorías científicas clasificaran sistemáticamente el mundo natural.
Su trabajo sentó las bases del trabajo de científicos como Carl Linnaeus a la hora de desarrollar una manera eficaz de catalogar el mundo natural.
Antoni van Leeuwenhoek descubrió todo un nuevo mundo en miniatura.
El comerciante de telas holandés, nacido en 1632, fue la primera persona en observar una bacteria y en analizar las células que se encuentran en nuestra sangre.
Fue también el primero en ver los microorganismos en el agua y en comprender el significado del esperma.
Durante su larga vida, fabricó cientos de lentes de microscopio, a menudo diseñadas para microbios específicos, logrando lo que no pudieron lograr otros microscopistas de su época.
Van Leeuwenhoek tenía una curiosidad ilimitada, e hizo hasta lo imposible para poder observar otros especímenes, incluso cultivarlos en su propio cuerpo.
Con su trabajo, Leeuwenhoek logró tanto cautivar como perturbar al público.
La famosa teoría de la evolución por selección natural fue uno de los descubrimientos más significativos de la historia de la ciencia.
Dos hombres, Charles Darwin y Alfred Russel Wallace, fueron sus creadores.
Y, de no haber sido por Wallace, posiblemente esta teoría nunca se habría publicado.
Nació en 1823, y cuando era joven le fascinaba la idea de que las especies pudieran evolucionar. Y estaba decidido a descubrir el mecanismo que lo permitía.
Wallace viajó por el mundo buscando las claves de esta teoría y, en 1858, mientras se encontraba en Indonesia, enfermo de malaria, hizo su gran descubrimiento.
Lo que no sabía era que Darwin había llegado a la misma conclusión muchos años antes.
Pero fue cuando recibió un breve ensayo de Wallace desarrollando esta teoría que Darwin se apresuró a presentarla ante la Linnean Society, tan sólo unas semanas más tarde.
A la sociedad científica le llevó un tiempo aceptar esta idea tan revolucionaria que cambiaba por completo la manera en la que entendemos el mundo natural.
Franz Baron Nopcsa von Felső-Szilváswas era un aristócrata húngaro, y el primero en pensar creativamente sobrecómo los animales extintos se pudieron haber comportado.
Antes que Nopsca, los paleontólogos sólo estaban interesados en nombrar y describir los dinosaurios y otras formas de vida extintas, sin considerar cómo habrían vivido sus vidas.
Nopsca pensaba que era probable que algunos dinosaurios se ocupaban de sus crías. En el momento, la idea fue considerada una mera fantasía, pero varios descubrimientos posteriores de dinosaurios fosilizados cuidando sus nidos apoyan esta teoría.
No todas sus ideas eran exactas, pero Nopcsa tenía la libertad de pensamiento y la confianza para explorar nuevas teorías.
Nacido en 1660, Sir Hans Sloane es quizás el coleccionista más prolífico de la historia, y tenía gustos eclécticos.
Aunque la mayor parte de su colección estaba formada por plantas y animales, también coleccionaba monedas y medallas, libros y manuscritos, estatuas, dibujos, y sentía un aprecio especial por los zapatos.
Fueron los contactos que hizo mientras trabajaba como médico y su tratamiento generoso de los más desfavorecidos de la sociedad lo que permitió a Sloane coleccionar de forma tan prolífica.
Capitanes de navío, comerciantes locales, exploradores y aristócratas que volvían de sus viajes le llevaban objetos que habían adquirido.
Pero lo que lo convirtió en un verdadero héroe de la historia natural es lo que Sloane hizo con su colección.
Cuando murió en 1753, su testamento instruia que se le ofreciera al gobierno su colección completa de 71.000 objetos por la suma de £20.000, muy por debajo de su valor.
Tras vender lotería para conseguir el dinero y aprobar una ley en el parlamento, nació el Museo Británico. Gran parte de esa colección sentaría las bases posteriormente del Museo de Historia Natural, en 1881, y de la Biblioteca Británica, en 1973.
El generoso regalo de Sloane a la nación empezó una nueva era de museos de propiedad pública y fue parte de la transición entre el coleccionismo por curiosidad y la utilización de las colecciones para entender mejor el mundo.
El físico británico Stephen Hawking está convencido de que, para sobrevivir, la humanidad tendrá algún día que abandonar la Tierra y colonizar otros planetas. Es un mensaje que ha repetido numerosas veces y del que nunca reniega.
Volvió a recordar la idea este martes, durante la presentación del increíble proyecto en el que participa, llamado «Disparo estelar» (Starshot), que pretende enviar un nuevo modelo de mini sonda espacial a Alfa Centauri, el sistema estelar más cercano al nuestro, a 4,37 años luz, en tan solo dos décadas. El objetivo es buscar vida en ese rincón cercano del Universo. «Los astrónomos creen que hay posibilidades razonables de que un planeta similar a la Tierra orbite en alguna de las estrellas del sistema», dijo el popular científico.
«Si queremos sobrevivir como especie, nosotros debemos también extendernos hacia las estrellas», expresó Hawking durante su intervención en la presentación de la iniciativa, realizada en el rascacielos One World Observatory en Nueva York. «Hoy nos comprometemos a este próximo gran salto en el Cosmos porque somos humanos y nuestra naturaleza es volar», subrayó.
Hace unos meses, con motivo de la celebración una serie de conferencias organizadas por la BBC, el físico teórico dio a la humanidad un margen de mil años antes de autodestruirse a manos de sus «avances» científicos y tecnológicos. Según Hawking, a medida que sigamos avanzando, tanto científica como tecnológicamente, nos enfrentaremos a nuevas formas de perjudicarnos a nosotros mismos.
El científico mencionó la guerra nuclear, el calentamiento global y los virus producidos por manipulación genética como las causas que podrían provocar la extinción de la especie humana. Pero ese mismo progreso también puede protegernos y hacernos más resistentes, por lo que Hawking animó a conocer sus peligros para controlarlos.
Hawking advirtió de que la humanidad «debe ser muy cuidadosa», ya que las colonias autosuficientes en el espacio exterior no serán factibles hasta pasados «por lo menos cien años».
Poco después, durante la presentación de Unity, la nueva nave de Virgin Galactic para futuros viajes espaciales turísticos, Hawking, en un mensaje grabado, dijo que el destino final de la humanidad está en el Cosmos.
(Fuente: abc.es)
El cambio climático ya es una realidad. El incremento de las temperaturas como consecuencia de los gases de efecto invernadero está provocando, entre otros problemas, el deshielo de los casquetes polares.
Así puede observarse en la animación que acaba de dar a conocer la Agencia Espacial Europea, que a través de la misión CryoSat evalúa los cambios en el grosor y tamaño de las capas de hielo de la Antártida, el Ártico y Groenlandia.
El efecto más inmediato producido por el deshielo se observa en el aumento del nivel del mar. Según la NASA, este incremento se ha situado en 23 centímetros durante el último siglo. Pero las previsiones sobre el calentamiento global son mucho más pesimistas.
Las estimaciones de la agencia espacial de EEUU predicen que el nivel del mar llegará a aumentar hasta un metro hacia 2100.
Como se observa en el vídeo publicado por la Agencia Espacial Europea, los cambios en el hielo de los casquetes polares son más que evidentes en los últimos cinco años. La misión CryoSat ha logrado mapear la reducción del hielo en los casquetes polares a través de sus satélites.
Los datos han sido presentados en el Living Planet Symposium, celebrado estos días en Praga. Sus resultados y las animaciones presentadas sirven para alentar, una vez más, en la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, cumplir los compromisos de la Cumbre de París será fundamental para frenar el calentamiento global y evitar las catastróficas consecuencias sobre el planeta.
(Fuente: hipertextual.com)
Hay que decir adiós a Miami y Nueva Orleans. No importa lo que hagamos para frenar el calentamiento global, estas y otras ciudades costeras estadounidenses quedarán sumergidas por el crecimiento del nivel del mar, según un estudio de la revista Actas.
“El futuro de muchas ciudades depende de nuestras elecciones sobre las emisiones de CO2 pero parece que ya es demasiado tarde para algunas de ellas, según nuestro análisis”, dice Ben Strauss, autor principal del estudio aparecido este lunes en la revista Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
“Es difícil imaginar cómo podríamos defender a Miami en el largo plazo”, señala Strauss. La baja altura de Miami y el que la ciudad está sobre un terreno de piedra caliza porosa hacen difícil que sea suficiente con laconstrucción de malecones o diques.
El estado de Florida tiene el mayor número de grandes ciudades en riesgo de quedar bajo el nivel del mar y alberga un 40% del total de la población que en Estados Unidos se verá afectada. Después de Florida, los siguientes tres estados que sufrirán los mayores problemas serán California, Luisiana y Nueva York. Nueva Orleans, un hito de la cultura y del jazz estadounidense, también quedará bajo el agua. “Lo que pasará en Nueva Orleans será muy triste (…) mucho peor que en Miami”, sostiene Strauss.
Nueva York no escapa al peligro y, en el peor de los casos, la ciudad podría ser invivible para 2085, añade la investigación. Los científicos ya han establecido que si no hacemos nada para reducir la quema de combustibles fósiles hacia el año 2100, el planeta se enfrentará a una subida del nivel del mar entre 4,3 y 9,9 metros, explica Strauss, uno de los vicepresidentes de la ONG Climate Central.
Ya sabemos que va a ocurrir, la única duda es cuándo. “Algo de esto podría suceder tan rápido como en el próximo siglo (…), pero también podría tomar muchos siglos”, señaló Strauss.
Aunque para Miami y Nueva Orleans la suerte está echada, una fuerte modificación para reducir las emisiones de carbono a los niveles equiparables a los que se presentaban en 1950 podría ayudar en otras zonas.
Un total de 14 ciudades con más de 100.000 habitantes podrían evitar un desastre al menos por este siglo, incluyendo Jacksonville en Florida, Chesapeake, Norfolk y Virginia Beach en Virginia, y Sacramento y Stockton en California.
“Estamos tratando de mostrar las consecuencias de nuestras elecciones respecto a las emisiones de carbono”, afirma Strauss, cuyo estudio fue editado por James Hansen, un científico de la NASA reconocido por sus estudios sobre el cambio climático.
Hacer reducciones de carbono extremas y utilizar energías renovables podría salvar a millones de personas que viven en las zonas costeras, señala la investigación. El estudio estima que más de 20 millones de personas residen en zonas que van a quedar bajo el agua.
“Es cómo pensar en un montón de hielo en una habitación caliente. Ya sabes que se va a derretir, pero es más difícil saber qué tan rápido lo va a hacer”, agrega.
España, en riesgo
Los pronósticos científicos para España indican un aumento de las temperaturas para finales de siglo de hasta 3-5ºC. Este incremento de la temperatura global es solo uno de los efectos del cambio climático. Otras consecuencias, que ya se están apreciando en nuestras costas, son el aumento del nivel del mar, que puede provocar inundaciones, el aumento de la frecuencia e intensidad de temporales, cambios en la dirección y fuerza del oleaje, junto a otros efectos como la acidificación de los mares.
WWF alerta de que en este escenario, de aumento del nivel del mar en 6 cm para 2040, los retrocesos de la línea de costa serán de 3 metros en las costas cantábricas y gallegas, de 2 metros en el Golfo de Cádiz, y entre 1-2 metros en las islas Canarias y en la fachada Mediterránea.
En España las zonas costeras son las que cuentan con una mayor densidad de población y el peso socioeconómico de estas áreas, debido principalmente al turismo, es de vital importancia para el conjunto del país. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, una costa bien conservada genera puestos de trabajo y beneficios de unos 8.000 millones de euros al año, lo que supone un 10% del PIB del país. Por el contrario, una costa en mal estado significa un aumento del riesgo para la población que vive en estas áreas y es una pérdida constante de dinero público que se destina a restaurar playas, paseos marítimos o infraestructuras costeras. Estos datos evidencian la importancia de preservar el litoral, en un país que cuenta con más de 8.000 km de costa y donde vive casi casi el 60% de la población española, es decir, unos 23 millones de personas.
A nivel global, la temperatura superficial del mar ha aumentado en el 70% de su superficie y sus consecuencias ya se aprecian en la distribución de los ecosistemas costeros y marinos. Importantes hábitats, como playas, sistemas dunares, lagunas costeras, humedales, marismas, marjales, salinas, rías o praderas submarinas, ya se están desplazando y alterando debido a los efectos del cambio climático.
(Fuente: lainformacion.com)
Y… se está derritiendo.
En agosto del año 2014, Eric Rignot, un glaciólogo que trabaja en la Universidad de California, Irvine, y en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, JPL, de la NASA, dirigió un equipo que confeccionó mapas de acantilados de hielo ubicados en los bordes frontales de tres glaciares “emisarios” en Groenlandia. Los investigadores descubrieron cavidades que socavan la base de estos bordes protuberantes y que pueden desestabilizar el frente del hielo y aumentar los desprendimientos en los icebergs; un proceso llamado “parto”, por el cual partes del glaciar se rompen y flotan a la deriva.
“En Groenlandia, tenemos tasas de deshielo de unos pocos metros por día en los meses de verano”, dice Rignot. ¿Qué está causando este “gran deshielo”?
El equipo de Rignot descubrió que los glaciares de Groenlandia que se dirigen al océano tienen bases más profundas debajo del nivel del mar que lo que se había medido anteriormente. Esto significa que las corrientes oceánicas cálidas en las profundidades pueden cubrir las caras de los glaciares y erosionarlos.
“En las regiones polares, las capas más altas del agua del océano son frías y dulces”, explica. “El agua fría es menos efectiva para derretir el hielo”.
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Con el aumento de las temperaturas en todo el planeta,por sí sola, Groenlandia podría hacer elevar 7 metros el nivel del mar si su hielo se derritiera por completo. Image Credit: NASA/JPL/NordForsk |
“El calor oceánico real se encuentra a una profundidad de 350-400 metros, y más abajo también. Esta agua cálida, salada, tiene origen subtropical y derrite el hielo mucho más rápidamente”.
El equipo de investigadores de Rignot está aportando información clave que resulta necesaria para documentar este efecto y predecir con precisión dónde y cuán rápidamente se notará en los glaciares. Día y noche, el equipo reunió y analizó mediciones relacionadas con la profundidad, la salinidad y la temperatura de las aguas de los canales y su intersección con el borde costero de la capa de hielo de Groenlandia.
Ellos descubrieron que algunos de los glaciares se balancean sobre enormes umbrales de barro que los protegen, por ahora. Pero otros glaciares están siendo seriamente socavados, sin que podamos verlos, debajo de la superficie, lo que significa que podrían colapsar y derretirse mucho más pronto.
No es fácil reunir estos datos. Por encima de las aguas turbulentas, del viento, de la lluvia y del clima frío, está el hielo mismo.
“Vinimos a estudiar glaciares que descargan en los fiordos. Y los fiordos están repletos de hielo. En algunos sitios, puede llegar a haber tanto hielo que el bote ni siquiera puede avanzar”.
Pero el hielo presenta una fascinación peculiar para Rignot. “Siempre me han interesado las regiones polares”, afirma. “Mis amigos quisieron viajar por el Caribe pero yo preferí hacerlo aquí, en estas aguas. No sé por qué. Simplemente me gustan estas regiones”.
¿Qué será lo próximo?
“OMG”, responde Rignot. Y no está usando el lenguaje de mensajes de texto. OMG quiere decir Ocean Melting Greenland, el nombre de un nuevo proyecto de cinco años de duración patrocinado por la NASA que llevará aún más lejos su investigación, hasta las cuatro esquinas de Groenlandia, en barco y en avión.
“Esperamos que los datos recolectados sean un punto de inflexión para el estudio de la interacción entre el hielo y el océano en Groenlandia”, dice Rignot. “Ayudará a quienes confeccionan los modelos para hacer mejores proyecciones del derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia en el futuro”.
NASA
El cambio climático es un fenómeno global y nos afecta a todos. Pero el cambio climático es también sobre desigualdades, porque no afecta a todos por igual; ni al Sur de la misma manera que al Norte, ni a los ricos como a los pobres, y tampoco a los hombres como a las mujeres.
Para dar una cara a las desigualdades de género en relación a los impactos del cambio climático, el Centro para la Democracia en Cochabamba ha reproducido las historias de vida de cuatro mujeres de un barrio peri-urbano de la ciudadbajo el título “Cambio Climático es….hablar de Mujeres”.
Foto: www.democracyctr.org
A pesar de su cercanía al Océano Pacífico, la mayor parte de las precipitaciones en Bolivia se originan en el Océano Atlántico, a una distancia de mucho miles de kilómetros.
Alan Forsberg, geógrafo que estudia y enseña cambio climático por 30 años, nos introduce al concepto de los “ríos voladores” para explicar este fenómeno – y advertir sobre los peligros que posan sobre ello el cambio climático y la deforestación.
Esquema del origen de la lluvia en Bolivia mediante los “ríos voladores”
¿Acaso el hombre blanco sabe, que si él destruye el bosque, no habrá más lluvia?
¿Y si no hay más lluvia, no habrá nada que beber o comer?»
Davi Kopenawa – Sabio Yanomami
No rompa el corazón de la Madre Tierra
Cualquiera que haya tenido que buscar un balde de agua sabe lo pesado que puede ser llevarlo a una gran distancia, sobre todo cuesta arriba. Por tanto, es una maravilla ver esas enormes cantidades de agua en lagos y glaciares en lo alto de los Andes. ¿De dónde vino toda esa agua y cómo llegó hasta allí?
A pesar de que Bolivia esté tan cerca al Océano Pacífico, es sorprendente saber que la gran mayoría de agua en el sistema climático de Bolivia viene desde el Océano Atlántico. Esto se debe al hecho de que tanto la Cordillera de los Andes como los vientos alisios dominantes del este impiden en gran medida la transferencia de humedad desde el oeste.
Sin embargo, el Océano Atlántico está a 3.000 km de distancia y por lo general los niveles de lluvia de un continente disminuyen exponencialmente al incrementarse la distancia de la costa, poca humedad alcanza a llegar más de 1.000 km tierra adentro. Entonces, ¿por qué Bolivia no es un desierto?
Curiosamente, en Sudamérica ecuatorial los niveles de lluvia siguen siendo los mismos o hasta aumentan a medida que se desplaza al oeste de la costa atlántica. El Chapare, por ejemplo, es en realidad uno de los lugares más lluviosos del continente. Entonces, ¿cómo es que toda esa lluvia llega hasta aquí?
Esto se puede explicar por un antiguo proverbio hawaiano indígena: «Hahai no ka va i kaulula au» – la lluvia sigue después de la selva. Ahora la ciencia moderna finalmente confirma lo que los pueblos indígenas que viven en los bosques han sabido por mucho tiempo acerca de la importancia de los bosques para traer lluvia.
La «bomba biótica de humedad»
Los científicos han descubierto recientemente que una combinación de una «bomba biótica de humedad» y «ríos voladores» de la selva amazónica trae lluvias a Bolivia. A menudo se dice que la selva amazónica es el «pulmón del planeta», pero este bosque también funciona como el «corazón de la madre tierra» bombeando humedad del océano hacia el interior del continente y alimentando el gran sistema cardiovascular de los ríos, tanto terrestres (las venas) como atmosféricos (las arterias). Este corazón sólo hace eso gracias a la cubierta forestal casi continua desde la costa hasta el interior del continente. Así el bosque sirve como un acueducto hasta los Andes y mucho más allá.
El bosque natural de la Amazonía tiene alrededor de 600 mil millones de árboles, y cada uno actúa como una gran máquina de evaporación alimentada con energía solar. Estos árboles gigantescos bombean agua subterránea desde sus raíces profundas hasta sus hojas donde lanzan hasta 1.000 litros de vapor de agua a la atmósfera cada día. Un metro cuadrado de bosque nativo puede contener entre 8 a 10 metros cuadrados de hojas y por tanto producen flujos de vapor de agua que, por unidad de superficie, son típicamente más de diez veces superior a pastos o tierras de cultivo, e incluso superan de manera significativa lo de aguas abiertas. A fuerza de interceptar y reciclar la escorrentía, los árboles mantienen el agua en el aire, donde se sopla por los vientos dominantes por miles de kilómetros en lo que se conoce como «ríos voladores» de vapor de agua invisible.
Los Yungas de La Paz, donde los “ríos voladores” se encuentran con la barrera de los Andes
En total, los árboles de la selva amazónica bombean un increíble total de 20 mil millones de toneladas de agua (20 kilómetros cúbicos) del suelo a la atmósfera todos los días, lo que es más que la descarga de líquido del propio Río Amazonas. Todo eso se alimenta de forma natural por una cantidad increíble igual de energía solar. Calculando solamente lo que evapora el bosque amazónica boliviano, la cantidad de energía solar utilizada sería equivalente a casi cincuenta veces la producción total de electricidad de Bolivia.E se es un muy gran esfuerzo proporcionado gratuitamente por los servicios ecológicos del bosque un valor oculto del que la mayoría de las personas no se da cuenta.
El bosque natural no sólo bombea la humedad a la atmósfera, sino que su abundancia de plantas y hongos también liberan sustancias químicas (compuestos orgánicos volátiles biogénicos y sales de potasio) que siembran las nubes que provocan lluvias. Así, el bosque tanto recibe como genera lluvia.
Los «ríos voladores» de la selva amazónica
Estos procesos extensos de evaporación y precipitación en el bosque también crean baja presión atmosférica que se jala constantemente al aire húmedo del océano, de ahí el nombre de «bomba biótica de humedad.» Pero esta bomba sólo funciona en losbosques naturales prístinos. Ni la vegetación de los bosques clareados artificialmente y explotados, ni de las plantaciones, pastizales o cultivos son capaces de activar la bomba biótica y mantener la humedad suficiente para la vida óptima.
Pero el corazón de la madre tierra no sólo riega al Amazonas, brinda las lluvias que dan vida a decenas de millones de personas más allá de la selva tropical. Cuando los ríos voladores de vapor de agua alcanzan la barrera de los Andes, lluvias fuertes caen al pie de las montañas. Los árboles continuamente interceptan la escorrentía y, como ascensores, alzan y lanzan esa agua a la atmósfera para que llegue hasta los glaciares y lagos en lo alto de los Andes.
Los ríos voladores también giran hacia el sur y traen la humedad vital hasta Paraguay, el norte de Argentina y el centro y el sur de Brasil, – una región vibrante que representa el 70% del PIB de América del Sur. De esta manera, el corazón de la madre tierra proporciona el agua para la mayor parte de la agricultura que alimenta la población de Sudamérica, y agua potable para las ciudades más grandes del continente.
El gran Río Amazonas, la principal “vena” del “corazón de la Madre Tierra”
Ya está previsto que el cambio climático impactará severamente la disponibilidad de agua en los Andes debido a efectos tales como el derretimiento de glaciares y nieve debido a la subida de temperaturas de aire. Bolivia es considerada como uno de los países más vulnerables a futuras reducciones en los suministros de agua porque cuenta con varias grandes ciudades situadas por encima de 2.500 m.s.n.m. que dependen de las reservas de agua de gran altitud, como los glaciares,bofedales y lagos para complementar las escasas precipitaciones durante la época seca. Es por ello que la deforestación constante en las tierras bajas del Oriente sería muy imprudente. Se necesita el bosque natural de la Amazonía para llevar el aire húmedo a los Andes y traer la lluvia. Si esta selva esté dañada y destruida, las arterias de los ríos voladores serán cortadas y el corazón de la madre tierra se romperá.
Descarga de la versión en inglés: “Don t break the Heart of Mother Earth”
Hasta ahora, los científicos habían pensado que la mayor parte de la nieve arrastrada por el aire en la Antártida era simplemente depositada en otras partes de la superficie. Sin embargo, el nuevo estudio muestra que en ciertas partes, llamadas zonas de socavación, en torno al 90 por ciento —unas 80.000 millones de toneladas de toneladas por año— acaban vaporizadas, y se eliminan por completo.
El hallazgo significa que los científicos deben ajustar sus modelos de cuánta masa de hielo está perdiendo la Antártida, y cuánto puede perder en el futuro. El estudio aparece esta semana en la revista Geophysical Research Letters.
Las zonas de socavación por viento, que cubren aproximadamente el 7 por ciento de la Antártida, se producen donde los vientos raspan persistentemente la superficie, a veces durante siglos. El nuevo estudio documentó un área donde los vientos han borrado 18 metros de nieve, el equivalente a la acumulación de 200 años de precipitación. Los científicos identificaron miles de sitios similares usando imágenes de satélite.
Esta pérdida persistente ha creado bolsillos donde la superficie se está erosionando casi tan rápido como los flujos de hielo. Eso significa que la superficie conserva su forma, pero en realidad sufre una desnivelación masiva. En el pasado, los climas más cálidos trajeron más nevadas a la Antártida, y esto podría suceder de nuevo ahora, por lo que saber dónde termina toda esa nieve podría llegar a ser cada vez más importante.
La investigación fue dirigida por Indrani Das, una geofísica del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia. “Tenemos que conseguir la física correcta.” dijo Das. “La superficie de hielo y el proceso de lavado están unidos con el clima.”
Las zonas de socavación son creadas por los vientos catabáticos persistentes en la Antártida Oriental. Debido a que el aire que actúa directamente sobre el hielo es más frío y más denso que las capas más cálidas anteriores, se queda atrapado, y acelera rápidamente por las laderas empinadas, alcanzando velocidades de hasta 25 metros por segundo.
Con temperaturas entre menos 20 y menos 80 grados Celsius, la nieve nunca se derrite, pero sí se sublima: los vientos rompen la nieve ya frágil, provocando su expulsión al aire y en muchos casos se evapore directamente desde sólido a gas.
Para determinar lo que estaba ocurriendo en las zonas de socavación, Das necesitaba saber la edad de las capas de nieve de los alrededores y su densidad. Ella utilizó muestras de hielo fechadas existentes de la región del este de la Antártida para identificar horizontes de cenizas volcánicas de la erupción del Monte Tambora de 1815 en los perfiles de las capas de nieve.
Das pudo ver que en algunas regiones, las capas de nieve debajo de la capa del Tambora fueron expuestos en el borde de las zonas de socavación por el proceso de ablación. Además, las imágenes de radar revelaron que sólo una pequeña cantidad de la nieve que falta de las zonas de socavación se vuelve a depositar en la parte inferior de la pendiente.
Das estima que, debido a la sublimación, los modelos climáticos han sobreestimando la masa superficial de hielo y nieve en más de 80.000 millones de toneladas por año. “Hay una gran idea errónea de que todo lo retirado de las zonas de socavación se vuelve a depositar”, dijo.
Lo que estamos viendo es que la Antártida oriental – entre las regiones más secas del planeta – es un poco más seca de lo que pensábamos, dijo. “Es más probable que se esté perdiendo hielo, contribuyendo a elevar el nivel del mar.”
Geophysical Research Letters.
Las condiciones de clima extremo se están convirtiendo en el principal riesgo para lugares de enorme valor patrimonial como la Isla de Pascua, las Islas Galápagos o Stonehenge, lo que representa una amenaza para el turismo y la economía, dijeron el jueves científicos y expertos de Naciones Unidas.
Las naciones en desarrollo como Nepal, que alberga al Monte Everest, y Uganda, hasta donde viajan los turistas para ver gorilas, se verán particularmente perjudicadas porque dependen de los ingresos del turismo en mayor medida que los países ricos, dijeron expertos en un reporte.
“Para ellos se trata de ingresos muy importantes. Es un factor de impulso económico contar con un sitio considerado como patrimonio de la humanidad”, dijo Adam Markham, autor principal del reporte y subdirector de la Unión de Científicos Preocupados (UCP), a la Fundación Thomson Reuters.
“Si los atributos que atraen a los turistas hasta esos lugares resultan dañados por el cambio climático, eso podría generar un enorme revés para las economías que viven del turismo“, sostuvo en una entrevista telefónica.
El turismo es uno de los sectores de más rápido crecimiento, al generar el 9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y proveer 1 de cada 11 empleos, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), al programa de medioambiente de la ONU y a la UCP.
Aunque una gestión inadecuada puede en sí misma provocar graves perjuicios a los sitios patrimoniales, el cambio climático multiplica los riesgos para estos destinos porque sus atributos principales pueden verse deteriorados, indicaron.
“Algunas estatuas de la Isla de Pascua están en riesgo de quedar destruidas por el mar debido a la erosión en las costas”, dijo Markham en un comunicado, en referencia a la famosa isla chilena situada en la Polinesia.
“Muchos de los arrecifes de corales más importantes, como el de las islas de Nueva Caledonia en el Pacífico occidental, han sufrido daños sin precedentes vinculados al cambio climáticos este año. El cambio climático podría ocasionar finalmente que estos lugares pierdan su estatus como Patrimonio de la Humanidad”, declaró.
El reporte analizó 31 sitios naturales y culturales declarados Patrimonio de la Humanidad en 29 países, incluyendo el puerto colombiano de Cartagena, la ciudad vietnamita de Hoi An y las Islas Galápagos en Ecuador, que están bajo amenaza por eventos de clima extremo como el aumento de las temperaturas, del nivel del mar y de las sequías.
Los expertos añadieron que para mantener los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad es esencial cumplir con los objetivos de evitar un aumento del promedio de la temperatura global mayor a 2 grados centígrados, tal como fue acordado por los líderes mundiales que asistieron a una cumbre sobre medio ambiente en París en diciembre pasado.
(Fuente: latercera.com)
pixabay.com
La Unesco advierte que fenómenos como el aumento de las temperaturas, el derretimiento de los glaciares o la subida del nivel del mar están afectando al Patrimonio Mundial en todo el mundo.
El cambio climático se está convirtiendo rápidamente en uno de los riesgos más significativos para los sitios del Patrimonio Mundial, según un informe de la Unesco que analizó su impacto en 31 sitios culturales y naturales de 29 países.
Bienes tan emblemáticos como Venecia, en Italia; las Islas Galápagos, en Ecuador; la ciudad portuaria de Cartagena de Indias, en Colombia; el monumento megalítico de Stonehenge, en el Reino Unido, figuran entre los estudiados.
La ciudad italiana de Venecia.
La ciudad italiana de Venecia.pixabay.com
Coro y su puerto, en Venezuela; el Parque Nacional Huascarán, en Perú; el Bosque Atlántico-Reservas del Sudeste, en Brasil, y el Parque Nacional de Rapa Nui, en Chile, son los otros sitios vulnerables de Latinoamérica incluidos en el informe, en el que resalta además que la Isla de Pascua (Chile) podría perder algunas estatuas debido a la erosión costera, mientras que en muchos de los principales arrecifes de coral del mundo se observa “una decoloración sin precedentes relacionada con el cambio climático”.
La Gran Fuente Prismática, en el Parque Nacional Yellowstone de EE.UU.
La Gran Fuente Prismática, en el Parque Nacional Yellowstone de EE.UU.Jim UrquhartReuters
Por su parte, el portal CBC News, que ha analizado el informe, sostiene que los lugares que mayor riesgo presentan son: Venecia, Lunenburg (un pequeño pueblo en la provincia canadiense de Nueva Escocia), la Gran Fuente Prismática (en el Parque Nacional Yellowstone de EE.UU.), las estatuas de la Isla de Pascua, el Parque Nacional de Komodo en Indonesia, la Estatua de la Libertad de Nueva York (EE.UU.), las Islas Galápagos y el Wadi Rum (Valle de la Luna) en Jordania.
Estatua de la Libertad de Nueva York, EE.UU.
Estatua de la Libertad de Nueva York, EE.UU.pixabay.com
La Unesco señala que fenómenos como el aumento de las temperaturas, el derretimiento de los glaciares, la subida del nivel del mar o el mayor riesgo de sequías e incendios, afectan al Patrimonio Mundial en todo el mundo.
Wadi Rum (Valle de la Luna), Jordania.
Wadi Rum (Valle de la Luna), Jordania.Wikipedia.org / AllesWirdGut65
Según el estudio, “el cambio climático podría llegar incluso a causar que algunos sitios del Patrimonio Mundial pierdan su condición”. Por lo que es de “vital importancia” limitar el aumento global de la temperatura a un nivel inferior a los dos grados centígrados, tal como se fijó en el Acuerdo de París, adoptado en diciembre pasado en la cumbre del clima COP21.
El monumento megalítico de Stonehenge, Reino Unido.
El monumento megalítico de Stonehenge, Reino Unido.Kieran DohertyReuters
Lunenburg, en la provincia canadiense de Nueva Escocia.
Lunenburg, en la provincia canadiense de Nueva Escocia.Wikipedia.org / Danielle Langlois
Las estatuas de la Isla de Pascua, Chile.
Las estatuas de la Isla de Pascua, Chile.Reuters
Unos 25 millones de personas murieron entre los años 541 y 542 como consecuencia de la Plaga de Justiniano, una enfermedad que afectó al Imperio Bizantino, así como a diversas partes de Europa, Asia y África.
Unos 900 años más tarde, alrededor de 50 millones de personas perdieron la vida por causa de la llamada peste negra.
Esta pandemia se extendió por Europa entre 1347 y 1351 y causó una mortandad mayor que cualquier guerra o epidemia conocida hasta la épocaafectando también China, parte de Medio Oriente y del Norte de África.
Ambos eventos provocaron la muerte de más de 10% de la población mundial de entonces, por lo que entrarían en la categoría de catástrofe global, según la definición utilizada por la Fundación de Retos Globales (GCF, por sus siglas en inglés).
Esta organización, con sede en Estocolmo, se dedica al análisis de las grandes amenazas mundiales.
Ahora, en su informe sobre Riesgos Catastróficos Globales 2016, la GCF destaca que pese a que ningún evento en el siglo XX logró llegar a esa categoría, el riesgo de que una calamidad de este tipo se produzca no debe ser menospreciada.
«Es fácil dejarse confundir por las aparentemente bajas probabilidades de que ocurran eventos catastróficos«, apuntan para luego alertar que «las pequeñas probabilidades se combinan significativamente en el largo plazo».
El informe de la GCF hace un análisis de los 7 principales riesgos de una catástrofe global. BBC Mundo te cuenta cuáles son.
El reporte sobre las amenazas de catástrofes globales aborda el tema del cambio climático y señala que «es imposible saber con exactitud cuál es el nivel de calentamiento de la atmósfera que puede derivar en una catástrofe global».
Sin embargo, citando al Panel Internacional sobre el Cambio Climático, señala: «Los riesgos del cambio climático oscilan entre alto y muy alto con un incremento de la temperatura media de 4ºC por encima de los niveles de la era preindustrial».
En el texto se asegura que, entre las consecuencias esperadas del aumento de la temperatura, se incluye el impacto severo sobre sistemas únicos o amenazados, la extinción sustancial de especies, y amenazas a la seguridad alimentaria.
Advierte que lo que puede parecer como un riesgo bajo en el corto plazo no lo es tanto en el largo.
«El informe Stern sobre los impactos económicos del cambio climático sugiere quecada año hay un 0,1% de probabilidad de que la humanidad se extinga (…) Esto implica una probabilidad de extinción de la humanidad de 9,5%, durante los próximos 100 años», indica.
Durante la crisis de los misiles en 1962, Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron al borde de una guerra nuclear por el despliegue de misiles soviéticos en Cuba.
Hablando de ese episodio, el entonces presidente estadounidense John F. Kennedy, señaló que estimaba que las probabilidades de haber llegado a la guerra atómica eran una de tres.
El informe del GCF señala que un conflicto de este tipo generaría dos tipos de daño:
El texto cita un informe del gobierno de Estados Unidos de 1979 en el que se estimaba que en un conflicto nuclear entre las dos superpotencias de la Guerra Fría habría fallecido entre 35% y 77% de la población estadounidense; y entre 20% y 40% de la población soviética durante los primeros 30 días de enfrentamientos.
En la actualidad, la GCF considera que los efectos serían menores por cuanto el arsenal nuclear actual en manos de Washington y Moscú es una quinta parte de lo que llegó a ser en su punto máximo en 1986.
Sin embargo, el informe advierte que, por improbable que parezcan, los riesgos de una guerra nuclear son demasiado altos como para ser obviados.
En los últimos 300 años se han registrado unas 10 pandemias de influenza en el mundo y ninguna ha causado la muerte de más de 5% de la población mundial.
Según el reporte de la GCF, las facilidades para que este tipo de enfermedades se distribuyan por el planeta han crecido por efecto de la globalización y del consiguiente incremento de la interacción entre los humanos y los animales.
Sin embargo, las mejoras en las prácticas sanitarias y de salud disminuyen su impacto.
El informe señala que, según estimaciones de las autoridades británicas, hay una probabilidad que oscila entre 1 de 20 y 1 de 2 de que se produzca en los próximos cinco años una pandemia que mate a 1% de la población de Reino Unido.
Las probabilidades de que se produzca una pandemia catastrófica que tenga efectos globales, sin embargo, son menores.
Una encuesta entre expertos señala que hay 15% de probabilidades de que ocurra una pandemia de H5N1, conocida como gripe aviar, en los próximos tres años.
Algunos expertos consideran que la erupción del volcán Toba en Indonesia, hace unos 70.000 años, puso a la humanidad al borde de la extinción.
Toba es considerado como un «supervolcán», por ser capaz de producir una gran cantidad de material fragmentado.
Se cree que el gran volumen de polvo y sulfatos arrojados a la atmósfera causó un enfriamiento de las temperaturas globales de entre 3ºC y 5ºC que duró varios años y derivó en una pérdida considerable de vida animal y vegetal.
El informe de la GCF señala que algunos expertos estiman que el efecto de la erupción de Toba redujo la población humana de unas 100.000 a unas 4.000 personas.
El texto cita un informe de la Sociedad Geológica de Londres, según el cual, basta con una capa de cenizas de un centímetro de espesor para acabar con la producción agrícola de un lugar.
No obstante, indica que es muy difícil hacer estimaciones sobre la posible erupción de un supervolcán, aunque de acuerdo con algunas estimaciones se producen en promedio una vez cada 30.000 a 50.000 años.
Los científicos creen que hace unos 66 millones de años un asteroide de unos 10 kilómetros de diámetro cayó sobre una parte del territorio de México, en un lugar llamado Chicxulub, causando una masiva extinción de vida sobre la tierra y poniendo fin a la era de los dinosaurios.
Según el informe del GCF, el impacto de un asteroide o de un cometa con un diámetro superior a 1,5 kilómetros podría matar a millones de personas. En gran medida, debido al enfriamiento de las temperaturas que causaría y a los daños sobre la agricultura.
El texto cita una investigación de 2015 que estima que la probabilidad de que durante los próximos 100 años un asteroide choque con la tierra y tenga un efecto global significativo es de aproximadamente 1 entre 1.250.
Conscientes de este peligro, la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) dispone de un sistema de vigilancia que ya tiene ubicado a más del 90% de los asteroides con un diámetro superior a un kilómetro.
En el año 2001, un grupo de investigadores en Australia que quería crear una vacuna anticonceptiva para los ratones, que sirviera para control de plagas, terminó creando un virus de laboratorio que mataba a cada una de sus víctimas al despojarlas de parte de su sistema inmunológico.
Este descubrimiento accidental recordó a la comunidad científica los riesgos de que los avances de la ciencia pudieran terminar siendo usados para fines destructivos.
«Existe una posibilidad real de que un peligroso patógeno de laboratorio podría ser liberado por accidente«, señala en informe de la GCF, que recuerda las versiones según las cuales la cepa del virus H1N1, responsable de un número importante de enfermos y muertos entre 1977 y 2009, era el producto de un accidente de laboratorio.
El texto indica que hasta 2012 había al menos 42 laboratorios dedicados a la investigación con patógenos con potencial para causar pandemias.
«En el largo plazo, si la biotecnología madura lo suficiente y la síntesis genética no es bien regulada, va a ser cada vez más fácil para los estados y los grupos pequeños sintetizar y modificar patógenos peligrosos. Esto genera un riesgo grave de una catástrofe global», advierten.
Aunque parezca un tema de ciencia ficción, la posibilidad de que el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial (IA) que tengan efectos negativos está incluido en la lista de riesgos con potencial para causar catástrofes globales.
El informe de la GCF se hace eco de previsiones de expertos acerca de cuándo se producirá un sistema que sea capaz de realizar sus tareas tan bien como un humano, lo que –según los expertos consultados para elaborar el informe– tiene 50% de probabilidades de ocurrir para el año 2050.
Una vez que eso ocurra, los expertos creen que hay 5% de probabilidades de desarrollar un súper sistema de IA en los dos años siguientes y de 50% en los 30 años posteriores.
«Asumiendo que logre desarrollarse un sistema de inteligencia artificial que se equipare a los humanos, su impacto social a largo plazo es desconocido», señala el texto.
«Según la opinión promedio de los expertos consultados, hay en torno a 7% de probabilidades de que sería ‘extremadamente malo'».
Sin embargo, «la enorme incertidumbre que envuelve estas estimaciones debe ser destacada», indica.
El cambio climático es una preocupación para la mayoría de países y gobiernos del mundo, dado el impacto que este está teniendo actualmente en nuestro planeta aumentando la temperatura media del mismo, algo que podría provocar graves problemas en el futuro.
Aunque el movimiento de las placas de hielo de nuestro planeta es en sí un proceso natural que se repite cada ciertos años, en la comunidad científica muchos parecen tener claro que el calentamiento global está acelerando un proceso que habitualmente se produciría lentamente.
Ahora, como nos cuentan en Science Alert, un grupo de expertos del Reino Unido en investigación de la Antártida que forman parte del proyecto MIDAS, ha publica sus últimos hallazgos en relación a la fisura que durante años ha crecido creando lo que se conoce como la plataforma Larsen C.
La fisura ya alcanza los 175 kilómetros
Las imágenes de satélite revelan cómo esta fisura alcanza ya los 175 kilómetros, habiendo aumentado desde el día 1 de enero de 2017 un total de 10 kilómetros, lo que deja muy claro que es solo cuestión de tiempo que Larsen C acabe separándose del resto de la masa de hielo.
Esto provocaría la creación de uno de los mayores icebergs registrados en nuestra historia, y Adrian Luckman de la Universidad de Swansea opina que en los próximos meses podríamos tener noticias al respecto, aunque existe la posibilidad de que el proceso se ralentiza a partir de ahora.
Lo que empezó como una pequeña fisura en el año 1960 se ha convertido en una gran brecha que experimentó un aumento en su crecimiento en el 2010, llegando a su punto de desarrollo más rápido en el año 2016 cuando se extendió 18 kilómetros en apenas unas semanas.
Si la fisura de la Antártida sigue la misma trayectoria, quedarían 100 kilómetros hasta la separación total. El problema es que resulta imposible calcular cuándo ocurrirá esto, aunque lo más preocupante es que su desprendimiento podría provocar un aumento en el flujo de los glaciares en la capa de hielo antártico, provocando aumentos en el nivel del mar.
(Fuente: lavozdegalicia.es)
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