Dos chefs recomiendan sus guisos preferidos para estas fechas

Por una tradición cristiana que vino de la mano de la colonización española, México celebra estos días la resurrección de Jesucristo. Como en muchas otras partes del mundo son días de cuaresma donde la carne está prohibida y el buen creyente debe acogerse al ayuno, esto es comer una sola vez al caer el día. Para aquellos que quieran seguir la usanza, más o menos al pie de la letra, dos chefs de la alta cocina mexicana, Óscar Pérez, de Estado de Jalisco, y Martha Ortiz, propietaria de Dulce Patria en Ciudad de México, escogen sus platillos preferidos para esta Semana Santa.

1. La capirotada dulce (pero también la hay salada)
Lo más glotones pueden escudarse en la tradición mestiza durante estas fechas para atiborrarse con una buena dosis de azúcar y carbohidratos. La capirotada, en peligro de extinción, según algunos expertos, data de tiempos ancestrales y, para Óscar Pérez, chef de El Jardín de Ninette, especializado en una cocina de tendencia europea, en el municipio de Ajijic, a 40 kilómetros de Guadalajara (Jalisco), es un claro ejemplo de la gastronomía mestiza.
«La capirotada viene del mestizaje», opina Pérez. «La base principal es el pan y antes de que llegaran los europeos no lo había. Debe ser un producto de curas y monjas», explica. En efecto, este platillo mexicano puede recordar a las torrijas españolas: pan frito con huevo y espolvoreado de azúcar. La capirotada, sin embargo, conlleva una mayor elaboración: se fríe el pan, que se baña en miel de panela y se adorna con frutos secos como cacahuates (en mexicano; cacahuetes, en español), nueces, uvas pasas y queso adobera (fresco). Después de mete en el horno para dejar que se haga y se gratine. Una excelente dosis de alimento para aguantar el ayuno.

2. Sopa de habas con nopales (o de nopales con habas)
En un sofrito de cebolla, ajo y jitomate (tomate rojo), con el imprescindible toque de chile, en esta ocasión de árbol, uno de los más picantes, y un caldo de pollo, se hierven las habas verdes, los nopales (u hojas de chumbera, en España), bien limpios sin espinas, y unas ramas de cilantro. Esta recomendación de la chef Martha Ortiz, cuyo restaurante figura en el puesto número 48 de los mejores restaurantes de América Latina, puede hacerse puré o servirse como una sopa o potaje. Su alto contenido en fibra es su principal sello distintivo.

3. Tortas de chinchayote
El chinchayote recibe muy diversos nombres, en función de la región: chanchayote (Estado de México y Veracruz), huaraz o guarás (Michoacán), cuesa o cueza (Chiapas), chayocamote (Oaxaca), chayoteste, chayotestle o chayotextle (Puebla y Veracruz). Se encuentra a mitad de camino en textura entre la raíz y el tubérculo, tal y como explica Pérez, desde Jalisco. Por su sabor, “es una mezcla entre la papa (patata) y el chayote (una hortaliza de color verde conocida como “papa del aire). Este se toma en torta (tortilla francesa, en España).
4. Chiles poblanos rellenos

Como es época de cuaresma, lo más sencillo es ceñirse a una dieta vegetariana durante esta semana (o aprovechar para atiborrarse de pescado, como se verá en la siguiente y última recomendación). Unos chiles poblanos rellenos, es la opción que recomienda la chef Ortiz. Según el gusto de los comensales, se puede hacer hacer una preparación, a partir de un sofrito de cebolla, ajo y jitomate, de granos de maíz, champiñones y frijoles. Después de su paso por el horno, se puede decorar el platillo con perejil y rábanos picados.
5. El rey de la semana: el pescado
Para aquellos que amen la carne y al mismo tiempo quieran seguir la tradición al pie de la letra, el pescado es la mejor solución para llevar con buen humor la semana. Ambos chefs proponen un platillo de pescado. Ortiz sugiere «la tlayuda [tortilla de maíz] de pulpo a la manera tradicional con colores vivos y que la servimos a propósito de esta fechas». Por su parte, Pérez recomienda el caldo michi, originario de Jalisco, con bagre del lago de Xalapa –donde se ubica la localidad Ajijic–, como ingrediente principal.
Ventas. Ambos pescados son muy requeridos
Mercado. Doña Margarita muestra una ‘llorona’ en su puesto de venta, ubicado en la zona Villa Fátima. Wara Vargas.
Pirañas y pescados conocidos como “lloronas” son la nueva oferta de las pescaderas del mercado de la zona paceña de Villa Fátima para Semana Santa. Ambas especies son traídas de Beni y su peculiar sabor gana preferencias.
“Este año hay más de 10 variedades de pescados para nuestros caseros. Lo novedoso de ahora son las pirañas y las lloronas que llegan desde Rurrenabaque (Beni), son baratos y con un sabor agradable. Lo sabemos porque ya hemos probado”, expresó Margarita Mayta, vendedora de pescados en Villa Fátima desde hace 30 años.
La Semana Santa comienza mañana con el Domingo de Ramos y los católicos acostumbran a no comer carne roja, a fin de conmemorar los sufrimientos de Jesucristo en la cruz. Por ello, los creyentes optan por el pescado.
Clara Bautista, también pescadera de Villa Fátima, detalló que ambas especies poseen un sabor parecido al del pacú, aunque tienen bastantes espinas. “Al principio teníamos dudas, pero los benianos nos han convencido y nosotras hicimos lo mismo con los caseros. Casi todos vuelven a comprar más porque es rico”, contó doña Clara.
Demanda. Las caseras contaron como prueba de ello que el primer pedido de piraña se agotó casi al instante. El grupo de siete vendedoras tenía hasta ayer solo tres ejemplares de “lloronas” y la próxima carga llegará el domingo, anunciaron.
En el caso de las “lloronas”, doña Margarita sugirió comerlas fritas y bien sazonadas, acompañadas del tradicional mote, chuño, caya o ají de papa. Para la piraña, otras pescaderas aconsejan optar por el caldo. El pescado debe ser cocido en cinco litros de agua, un diente de ajo molido, zanahoria y nabo.
Los precios oscilan entre Bs 25 y 40, para la piraña y las lloronas. Pero además de estas dos especies, las pescaderas ofrecen karachi, mauri, trucha, pejerrey, sábalo, ispi, surubí, cola amarilla, pacú, entre otros cuyos precios van desde Bs 1, la unidad de karachi, hasta Bs 80, según el tamaño del sábalo y la trucha.
Como cada año, en Villa Fátima y otros mercados la venta de pescados y mariscos se eleva paulatinamente en cercanías de Semana Santa. La Intendencia Municipal también incrementa sus controles a la calidad de estos alimentos tradicionales. Una variedad de procesiones y actos religiosos se preparan, sobre todo para Jueves Santo