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Periódico Digital PIEB • 14-06-2012 “Los columpios sirven de escenario para el coqueteo de jóvenes pero también revelan una relación de seducción entre vivos y muertos, ambos quedando atrapados en una red de reciprocidad”, afirma. Geffroy centró sus trabajos de campo en el Valle Alto de Arani, conocida como la tierra de la chicha a 2.800 msnm, y en la localidad de Khoari cerca de Tiraque a 3.600 msnm, pero también ofrece una comparación con prácticas similares de otros lugares y en contextos históricos diferentes. La wallunka es un columpio gigante que se instala cuando finaliza la celebración de Todos Santos, preferentemente en los cruces de caminos que conectan poblados, y con mayor fuerza en los últimos años en galpones o chicherías particulares. La estructura principal es armada por troncos de eucaliptos a la que acompañan dos especies de arcos de futbol delante y detrás, ambos decorados con tostados de colores, guirnaldas de flores y hasta muñecas como símbolo de abundancia y exuberancia. Las cholitas solteras ó casadas que suelen columpiar deben atrapar con sus pies los premios que cuelgan de los arcos. Impulsadas por dos varones que jalan de las cuerdas, deben sortear al vértigo no solo del vaivén del columpio, sino también los efectos de la chicha, en medio de coplas picarescas y música ensordecedora. “La sensación de vértigo está muy presente porque es impensable pensar en la wallunka sin bebida, donde hay un primer desequilibrio provocado por la bebida, y es acentuado en el momento de columpiar que es cuando hay una especie de irradiación que parte del centro del cuerpo, de debajo del vientre, de los órganos genitales e irradia en todo el cuerpo”, afirma. Las mujeres columpian siempre con polleras o faldas pero no con pantalones porque la idea es exponer las pierna al momento de coger el premio, mientras que los varones ven como ofensivo subir al columpio, pues les disminuiría su masculinidad. La antropóloga reafirma la creencia que el vaivén de la wallunka tiene algunas significaciones ocultas, pues representa el balanceo entre la vida y la muerte, donde el movimiento de ascenso permite alcanzar el Alax Pacha (cielo) y el simétrico de descenso al Kay Pacha (mundo terrenal) . “Ahí se puede vislumbrar un juego de seducción con los muertos”, señala. Para Geffrroy, es sorprendente ver cómo las familias de los valles luego de comer y beber junto a los muertos en Todos Santos, desde el medio día del 2 de noviembre cambian al escenario de la wallunk´a lleno de risas y alegría porque se piensa además que los difuntos no dejan este mundo si no ven a sus seres queridos contentos. “La wallunka tiene por objetivo mandar a los difuntos hacia su mundo, se les enseña a volar, por eso las canciones evocan a la palomitay”, señala. La investigadora encuentra relación de la wallunka con la abundancia, debido a que en noviembre comienza la época de lluvias, los cultivos comienzan a producir y es momento propicio para el amor y la fertilidad. La festividad marcaría el periodo pre-carnavalero en esta región. En Khoari señala que la wallunk´a es una diversión mas “privatizada”, ya que el dueño del columpio arma alrededor una inmensa carpa y vende la chicha que se consumirá en el lugar, mientras que en otras zonas como Arani, se instala toda una feria en torno a la wallunka. Geffroy encuentra sin embargo bastante similitud de esta recreación con algunas prácticas de las mujeres de la época de la Colonia de Andalucía, quienes columpiaban y jalaban racimos de uva con los pies desnudos. También encontró varios cuadros de pintores de la época Rococo (siglo XVII) donde se muestra la sensualidad de la mujer en el columpio. Contacto: celinajeffroy@gmail.com |
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