Hace 3 meses que fue escrito por Javi
Jamás conocí a gente tan orgullosa de su gentilicio; son de esos que cuando oyen la palabra “cruceño”activan un hilo sensor de su mecanismo que los hace crecer. No soy capaz de describirte lo que les ocurre cuando le dices “camba”, aunque no será necesario que se lo tengas que decir; lo que más escucharás de ellos es la expresión “yo soy camba” y en ella está contenida toda una filosofía de vida, una forma de ser, incluso una conducta.
Todos los que he conocido destilan alegría, sosiego y amabilidad, tremenda amabilidad, fruto de ese carácter extrovertido que tienen. Si te gusta conversar, ellos son una opción o incluso la mejor de ellas. Y no es otra cosa que el bendito clima de Santa Cruz el que les da esa armoniosa sociabilidad; digo armoniosa porque siempre te llevarán al punto de clímax perfecto en la interactuación que con ellos tengas.
El orgullo de ser camba…
Escuché a Emilio Duró en una ocasión hablar de leones y gacelas; estoy harto de ser león, me agota ser león, estar todo el día preocupado por el “qué vendrá”. Orden, disciplina y previsión…y más previsión. A veces, querría ser gacela y sólo preocuparme de la supervivencia cuando ésta te ponga la mano sobre tu hombro, cuando el león aceche; en alguna ocasión desearía dejar de ser león, siempre preocupado por sobrevivir. Definitivamente, a veces, envidio al camba.
A estas alturas del artículo, si no eres de Bolivia, te estarás preguntando de qué habla este tipo. Te pongo en situación; el término desciende de una antigua tribu del país, los Kandire, y en la actualidadsirve de gentilicio para denominar al boliviano mestizo oriundo de los departamentos de Beni,Pando y Santa Cruz.
El origen del término tiene cierta singularidad y hay que buscarlo en un libro de un jesuita, el Arte da guerra de Angola donde por primera vez quedó registrado el término Camba y con un significado que, después de lo que te he contado, no te extrañará: AMIGO. Esto lo sintetiza todo y aunque la calidad humana la destila todo boliviano (mi experiencia personal lo confirma), la del camba se hace más notoria por su condición sociable. El boliviano del occidente, es más como yo, introvertido, muchas veces aséptico. No puede ser de otra forma, el clima forja un carácter; yo siempre he marcado una diferencia entre un zamorano y un sevillano, los cuales gotean alegría en antítesis a nuestra seriedad. Pasa lo mismo aquí entre la gente de oriente y la de occidente.
Gente camba, gente agradecida, gente hospitalaria y…, el mejor anfitrión de una fiesta. Nunca viví en mi país convites parecidos a los que he tenido la gran suerte de disfrutar aquí, invitado por algún camba. Y digo algún, porque son muchos los que te invitarán con esa hospitalidad que les da seña de identidad.
La cultura CAMBA… No sólo la encontrarás en sus gentes; su arquitectura, su idiosincrasia lingüística, la disposición urbanística de sus asentamientos, su música, sus leyendas, las costumbres…, repito, LA CULTURA CAMBA
He querido ilustrar este artículo con pinturas de Ángel Blanco, pintor que nació en la misma tierra que mi pareja (Camiri, de la que algún día hablaré) y por recomendación de mi gran amigo, camba de pura cepa, Bergman. Y lo he querido hacer porque recogen fielmente el sentimiento y forma de ser delcamba. Espero que las disfrutes tanto como lo hice yo cuando mi amigo me las hizo llegar.
Su música, orgullo de toda su gente; no podrás estar en una fiesta y con estos anfitriones y no escuchar la historia de algunas de sus canciones, como las que me han contado en alguna ocasión. Te cito lamúsica chiquitana que tiene un encanto especial, un halo bucólico generado por instrumentos tradicionales y no tan castizos (algún día haré un post con los instrumentos musicales singulares deBolivia, que son infinitos…). Por favor, mira este vídeo de una canción chiquitana y después te pediré algo más…
Ahora imagina un corral de paredes blancas, con frondosa vegetación y lleno de mesas redondas con manteles verdiblancos; la música de fondo es la que has escuchado, o parecida, y en torno a la mesa gente bebiendo y compartiendo…, compartiendo charla, alegría. Has brindado con tres cervezas, ahora toca bailar y ahí es cuando el resto del mundo quedaremos mal; quizá los brasileños estén a la altura, el resto sólo podemos observar la perfección de sus bailes que parece sacado desde lo más congénito de su ser. Sí, nacen sabiendo bailar…
Seguro que en esa mesa te cuentan alguna historia o leyenda, por cómo te la cuentan pareciera que realmente la creen; eso le da otro plus a sus narraciones. Historias como las de El Farol de la otra Vida: allá por principios del siglo XX se dice que un farol, de vela y cristal como lo eran entonces, deambulaba levitando por las callejuelas de la Santa Cruz de la Sierra de aquella época, causando el pavor entre los cruceños. Te cuentan que nadie de buena vida le debía tener temor porque nada malo les iba a ocurrir, como a una beata que en cierta ocasión, camino a su rezo, lo encontró y atemorizada se puso de rodillas cerrando los ojos y suplicando; después de unos minutos abrió los ojos y el farol no estaba…Te contarán cómo un día, sin previo aviso, desapareció y nunca más se supo de él.
Nuevamente imagina el fogaje de estas fiestas: baile, música, leyendas, alegría y… el alcohol que quieras tomar sin que nadie te obligue…; aquí te he mentido un poco.
Este es el CAMBA, particularmente el de Santa Cruz de la Sierra que es el que más conozco.
Gente grata y agradecida a la que como a otros muchos bolivianos de otras zonas siempre les agradeceré la acogida que tuvieron conmigo; la misma que tendrán contigo.
Sólo quiero citar nuevamente a Ángel Blanco, pintor que me ha servido para ilustrar este artículo.