Receta de la Sra. Carmen P. de Linares
La picana se hace de la carne del costillar, dejándola un tanto adherida al cuero correspondiente, del que debe sobrar el contorno, lo preciso, pasara envolverla totalmente en él y formar un paquete chato y holgado.
El costillar o costilla con que se hace la picana deberá ser deshuesado, El condimento se hace así: Sal al paladar, también se sala el cuero, éste un poco más de lo que exige el paladar, sin tal precaución sale insípida; una vez salada se frota la carne con cuatro limones reales partidos de modo que la sal se comparta por igual y penetre por todos los resquicios. Se vierte en cada costilla una taza de buen vinagre debidamente salado y preparado en un plato con dos o tres dientes de ajo molido, dos cucharaditas de las de té de pimienta en polvo y seis ajíes amarillos pulverizados,. Si la picana es de costillar de ternera, que para el caso es mejor que la de ternero, se le pone las ubres y los lomos entre los condimentos y la carne
Al empaquetar la picana en el cuero, se tiene cuidado de no dejar resquicio por donde pueda escapar el jugo que es muy abundante. Se emplea para hacer el paquete, tientos del mismo cuero, el paquete será chato y muy holgado, de otro modo revienta en el horno
Si la pieza es de un año, se necesita para la cocción de la picana unas ocho horas, si es de dos o tres años son necesarios de diez a doce horas. La pieza no debe pasar de los tres años.
La boca del horno debe estar caldeada a blanco. El paquete de la picana se lo coloca dentro del horno sobre charolas de lata, sino el cuero se adhiere al piso, revienta y carbonizado da muy mal olor a la picana. Se tapa perfectamente el horno sin olvidar ningún respiradero. Se pone junto con la picana dos ollas con agua, para mantener la humedad, con que sale más jugosa. La buena picana depende de la gordura de la res y de su corta edad.
La gastronomía en Potosí y Charcas, siglo XVIII, XIX y XX en torno a la historia de la cocina boliviana.
Beatriz Rossells Montalvo:
LA PAZ-BOLIVIA:
Instituto de Estudios Bolivianos, 2003, 446p.
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