Elba Alpiry abrió su Centro de Producción de Horneados en Portachuelo para ofrecer a diario una oportunidad a mujeres y madres de familia; así, ellas obtienen ingresos gracias a su esforzado trabajo.


Fotos: El Hornito y Emprendeideas. Elba Alpiry recibe su premio en el concurso .
Natalí Vargas / La Paz
Cada día, desde las primeras horas de la mañana, al menos 18 mujeres, en su mayoría madres, ofrecen pan elaborado por el Centro de Producción de Horneados de Portachuelo «El Hornito”, la panificadora que hace 10 años emprendió Elba Alpiry para facilitar una fuente de ingresos para las mujeres.
Elba necesitaba una fuente de ingresos, pero además -como resultado de las capacitaciones que recibió de una organización no gubernamental (ONG)- decidió que emprendería un negocio para apoyar a otras mujeres como ella.
De siete emprendedoras que fueron capacitadas por aquella ONG, dos se dedican al rubro de la panadería, pero fue ella quien optó por un modelo inclusivo de ventas y ese esquema solidario fue una de las razones primordiales para que la fundación Soboce le otorgara uno de los premios Emprendeideas 2013.
Cadena
El Hornito elabora cuñapés, roscas de arroz, paraguayos, bizcochitos de maíz, galletas de miel y bizcochuelos, entre otras delicias de la repostería oriental, y los vende en paquetes de cinco bolivianos al consumidor final en tiendas y en las ferias de cada primer domingo de mes en esa población.
Estos productos son entregados a las intermediarias por un precio mucho menor, lo que les permite tener un excelente margen de ganancias.
Además, el fuerte de esta microempresa es la producción de panes blandos: al rededor de 800 panes y empanadas que, al llegar al mercado, dan trabajo diario a varias personas de forma indirecta, quienes se suman a los cuatro trabajadores del Centro.
En el negocio de Elba Alpiry, al inicio eran dos personas que elaboraban y vendían a la vez, pero ahora tiene casi el monopolio de la venta de pan en Portachuelo. Por mes, su Centro produce hasta 70 paquetes de cada masita y cada día consume al menos dos quintales de harina blanca.
«Yo llegué a sobresalir quizás también porque fui parte del Emprendeideas y eso me ha incentivado a equipar más mi microempresa”, afirma.
Ventanas de promoción
Las ferias de los primeros domingos de cada mes en la plaza El Cristo, de Portachuelo, son una excelente ventana de contacto con los clientes. Sin embargo, después de haber ganado el Emprendeideas, Elba fue capacitada y realiza trámites para obtener el registro sanitario.
Así logrará que sus productos sean vendidos en más locales, aunque ya se expenden en la tienda Tradición Oriental y los supermercados Fidalga y Luján, en Montero .
Los clientes más fieles de la producción especial del Centro de Producción de Horneados son los turistas que viajan a ese municipio, sobre todo los devotos y viajeros que visitan al Divino Niño, que se encuentra en un lugar denominado Buen Retiro, y son ellos el principal foco de atención del Centro.
Portachuelo es una población pequeña que se encuentra al paso, en plena carretera de Cochabamba a Santa Cruz, y por lo tanto las mujeres que venden los productos de la panificadora los ofrecen a los viajeros.
El Centro
El Hornito está instalado en el domicilio de su creadora. En el ambiente principal, están los hornos y otras máquinas útiles para una producción microindustrial.
Elba es una trabajadora incansable y ello la impulsó a postularse el año pasado al concurso que premia a los emprendimientos, pues consideraba que ese sería un canal muy beneficioso para dar fama a su producto, visibilidad y, además, le permitiría mejorar sus conocimientos para mejorar el manejo de su microempresa.
Conocimiento y superación profesional
Como gran parte de los emprendedores, Elba Alpiry también dio los primeros pasos de su propio negocio debido a la necesidad de una fuente de empleo y de ingresos diarios.
Empero, capitalizó aún más las ganancias de su negocio puesto que hace 10 años, mientras comenzaba con las operaciones del Centro de Producción de Horneados de Portachuelo «El Hornito”, decidió ingresar a la normal, en la cual se graduó como profesora de Lenguaje.
Posteriormente, se inscribió en la universidad para estudiar Ingeniería Comercial, con el principal objetivo de administrar su negocio con una buena base de conocimientos y así abrir mercados y analizarlos para asegurar la sostenibilidad de su pequeña empresa.
Hoy, con dos hijos, es la dueña del mencionado centro de panificación y además trabaja como profesora de una unidad educativa en Portachuelo.
Elba Alpiry, que ha tenido éxito en sus actividades empresariales, sostiene que cuando uno emprende no debe dejar de investigar para innovar siempre, pero además -dice- «es importante que lo emprendedores se capaciten y estudien otras carreras”.
800
panes
elaboran cada día en El Hornito
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