CALDOS O SOPAS DE LA TARDE
En el tiempo de nuestras abuelas el caldo se hacía con carne de vaca, cordero, de aves, patitas de cordero, pata de vaca y todas las verduras imaginables; hervía todo el día y naturalmente se tenía un caldo suculento. Ahora es un tanto difícil tener un caldo así para todos los días, de manera que todos debemos ajustamos a nuestras posibilidades. Casi todos los caldos de la tarde se hacen con la mitad del caldo básico que quedó de la mañana.
(Para 8 personas)
Ingredientes
8 tazas caldo básico colado
¼ kilo tomates muy maduros
1 cucharada sal o al gusto
3 tajadas pan de molde
3 cucharadas aceite (para freír el pan).
Preparación
1º— Poner al agua hirviendo los tomates por unos cinco minutos; sacarlos, partirlos en dos, ponerlos en una coladera; pincharlos y aplastarlos un poco para que se escurra todo el líquido cristalino del tomate (que no debe entrar a la sopa porque le da sabor ácido). Cuando ya haya salido todo este líquido, recién pasar por un tamiz el tomate de manera que queden en la coladera las semillas y las cascaras, sólo usando para esta sopa el puré que se ha obtenido de esta manera.
2º— Cortar las tajadas de pan en dados de una pulgada más o menos; poner en una sartén media cucharada de aceite, dejar calentar fuerte y poner los dados de pan hasta que se doren de ambos lados, cada vez sólo unos cuantos, así el resto hasta haber frito todos.
3º— Tener hirviendo el caldo básico, con la sal; momentos antes de servir añadir el puré de tomates, mezclar y dejar hervir sólo cinco minutos.
Servir muy caliente con los panecitos fritos en cada plato (también se puede usar pasta de tomate que viene en lata).
Nuestras Comidas
Jordán de, Nelly
Edición privada. 8ª Edición, La Paz. Bolivia. 1994